San Nicolás, dile a tu tocayo…
Querido San Nicolás: Te escribo desde Venezuela. Necesito, con carácter de urgencia, que hables con tu tocayo… Tal vez a ti te escuche. Por favor, dile que se lea la biografía de Nelson Mandela, a ver si entiende que es mejor hacer lo posible -y hasta lo imposible- por conciliar un pueblo dividido, que seguir fomentando la división, el sectarismo y la ideologización. Ya bastante sufrimiento hemos visto en pueblos donde sus regímenes han intentado imponer un pensamiento único…
Dile a tu tocayo que les conceda la medida humanitaria a los presos políticos que están enfermos… Ya basta la cantaleta de que aquí «no hay presos políticos presos, sino políticos presos». Que aunque él crea que hay «una mitad más grande que otra», un país donde una mitad está enfrentada a la otra mitad, aceptaría como muestra de buena voluntad el que esos presos puedan pasar la Nochebuena en casa. Estoy segura de que la mayoría de nosotros estamos hartos de las burlas, las descalificaciones, los abusos.
Dile a tu tocayo que sea consecuente con su discurso de acabar con la corrupción. Que el país no necesita «chinos de Recadi», sino una razzia de corruptos, desde los boliburgueses hasta los bolichicos.
Dile a tu tocayo que no sea terco. Que la Economía es como la Ley de la Gravedad: inexorable. Que no se puede destruir el aparato productivo de un país sin sufrir las consecuencias de estanflación y escasez. Que se vea en el espejo del aumento de la gasolina, después de que pasaron quince años hostigando a quienes advertían de lo imperativo que era hacerlo. Que no hay temas tabúes, sino que hace falta el coraje para ponerlos en el tapete. (De paso, si puedes traerle coraje, sería buenísimo).
Dile a tu tocayo que es necesarísimo poner gente capaz en puestos clave. Que el país no aguanta más ineptos e incompetentes. Que ponga coto a las historias de iguanas, ratas, tiros, guerras económicas y toda clase de idioteces inventadas al momento para justificar lo injustificable. Que nos tomará al menos una generación en volver a llevar el país a 1998, y eso es un tremendo retroceso.
Dile a tu tocayo que aunque él no haya sido educado, la educación es primordial para el desarrollo de un país.
Te doy las gracias adelantadas, con el deseo de que a ti, que eres tan especial, sí te escuche.
@cjaimesb