¿Ruleta rusa o cámara de gas?
“¿Teatro haréis de abominable guerra?”
(%=Link(«/bitblioteca/abello/»,»Andrés Bello»)%)
Hay quienes celebran el prematuro parto de nuestra revolución política, que nos entrega la versión .2 bajo la marca Arias Cárdenas. Es notable mencionar lo postmoderno de su aparición, la cual parece copiada de un lanzamiento de Mc Donald’s. Al igual que las hamburguesas estacionales (la del Mundial de Fútbol, por ejemplo), Arias nos es servido como un nuevo producto, pero acompañado de las mismas papas y refrescos que los anteriores, es decir, rodeado de chaviztas de la primera horda. En menos de 500 días, hemos reformateado la historia y regresado al idílico 1492: ¡faltan las flechas!.
De paseo al volcán
¡Qué felicidad! cuando vemos a una de nuestras mises, reconstruida para el Miss Universo, hilar una o dos ideas seguidas. Evento tan dispar nos llena de tal orgullo, que rápidamente olvidamos a las admiradoras de la bondad de Pinochet, la novelística de Mozart y los bellos métodos de la Santa Inquisición… Sucedánea de las pasarelas, la infra-política venezolana nos presenta modelos retocados y falsos, rellenos de lecturas rápidas y consejos milagrosos de sus apuntadores. Arias y Chávez son peinados, maquillados, asesorados en lenguaje no verbal, atiborrados de estadísticas en el postre y, sobre todo, altamente entrenados en el arte de hacer la corte, para llevarse el tesoro. La naturaleza militar es tan verde como las montañas y lagos que admiramos en Discovery Channel, pero también es inestable, traicionera e impredecible, como los volcanes y huracanes que observamos en el mismo canal.
Gattaca
En Gattaca (film de Andrew Niccol), una sociedad de personas producidas y seleccionadas a través de la ingeniería genética, las artimañas de Jerome, nacido en parto natural, le permiten ingresar a la elite genética y hasta viajar al espacio… En Venezuela, una sociedad de personas producidas en antivalores como el robo y el mínimo esfuerzo, Hugo y Francisco crean atajos para alcanzar rangos (Comandante en Jefe), que estaban ética y cognitivamente fuera de sus capacidades. A diferencia de la película, nuestros antihéroes no sueñan con irse al espacio, sino en mandarnos a todos a un agujero negro, y así, en medio del caos de la absorción, robar, destruir, violar y redistribuir entre sus amigos el dorado soñado por sus abuelos.
2%
Si los venezolanos juegan el Kino, con posibilidades que empiezan por 0000000000000000000000000000, por qué no apostar por la única opción formada en el juego político que entienden nuestros hermanos mayores, EEUU y la Comunidad Europea. Claro, Claudio Fermín no es un Santo, y por eso adoptó en su equipo algunos de los hábiles robadores de su gestión como Alcalde. Sin embargo, su sola presencia en Miraflores le atenuaría la paranoia a más de un Consejo Directivo de cualquiera de las transnacionales, que nos cambiaron por la explosiva Bogotá.
¿Retornar al puntofijismo?, se preguntarán algunos, y les respondo que sí, que no desconozcan que sus becas y créditos gratis (doy disculpas a los que sí pagaron) para estudiar o vagar en el exterior, vienen de allí; así como la glotona burocracia universitaria y la kafkiana nómina de empleados públicos, donde 15 ascensoristas cobran en edificios con los elevadores dañados desde 1979. No osen decirme que esta administración cambió las reglas del juego, ya que lo único que ha hecho es quitar fichas blancas y verdes para colocar las suyas. Al votar por Chávez, usted relegitimará sus desvaríos cotidianos, no muy distintos a jugar la ruleta rusa en casa, con sus hijos y su señora madre, al tiempo que la versión .2 , representa una desaparición más tradicional, equilibrada y organizada: la cámara de gas. Así, apartándome de las pulsiones suicidas de la mayoría, quizá juegue al ajedrez de la abstención o, lo más probable, selle por Fermín y me siente el 28 frente al televisor a soñar con el improbable premio gordo.
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