Revolución verdaderamente exitosa la estadounidense
En el mundo han ocurrido abundantes revoluciones—todas ellas motivadas por el deseo de un profundo cambio al reinante status quo que lograse atender debida y eficientemente las necesidades de los individuos de las naciones donde ocurrieron; sin embargo, a juzgar por los resultados producidos desde su ocurrencia hasta el presente, la única verdaderamente exitosa, ha sido, hasta ahora, la de las 13 colonias americanas que se rebelaron contra el imperio británico y fundaron los actuales Estados Unidos de América; especialmente, por tres razones: (a) La Constitución Nacional producida aún sigue vigente con muy escasos cambios—y funcionando eficientemente—desde hace 219 años; (b) Estableció una verdadera y efectiva separación del poder público en tres ramas independientes e igualmente poderosas—que junto al establecimiento de elecciones de quienes ocupan los más importantes cargos públicos, materializó la primera democracia verdadera; y (c) Estableció una clara y eficiente separación entre la Religión y el Estado—y hasta su décima tercera enmienda [aprobada antes de la ratificación final de la constitución en 1790] puso oficialmente fin a la esclavitud traída desde Europa por los colonizadores británicos.
Estos logros verdaderamente revolucionarios, son los que han conducido a los ciudadanos de esa nación, no sólo a disfrutar de uno de los más altos niveles de calidad de vida de todo el mundo y de verdadero ejercicio de la libertad individual, sino que los ha convertido colectivamente, en los líderes mundiales en casi cada actividad artística, humanística, científica y deportiva en la que pueda involucrase el ser humano.
Sin embargo, el fin de la segregación racial tuvo que esperar hasta que la Corte Suprema de Justicia tomase una decisión que le puso fin jurídico, durante el juicio titulado: “Brown contra la Junta de Educación” en 1954—que convirtió en ilegal el establecimiento de instituciones públicas separadas; para ciudadanos de tez blanca o negra; y de otras “razas”—pero cuya puesta en práctica se extendió hasta la década de 1970, mediante muchas luchas del movimiento a favor de los derechos civiles, uno de cuyos líderes más recordados fue el Reverendo Martin Luther King junior (1929-1968)—y el derecho al voto de las mujeres debió esperar hasta 1920 cuando el Congreso Nacional aprobó la décimo novena enmienda a la Constitución Nacional que convirtió en ilegal establecer restricciones al derecho al voto basadas en el género (sexo) de la persona.
Si en algún lugar del mundo se ha materializado en la práctica el concepto de la Revolución Permanente del ruso Lev Davidovich Bronstein—mejor conocido como León Trostky—de que las burocracias siempre se degeneran y por ello es indispensable una revolución permanente contra el status quo, es en los Estados Unidos de América, país que ha atravesado—y continúa atravesando constantemente—por cambios revolucionarios. Por ejemplo, en los actuales momentos libra batallas contra la homofobia y la intolerancia existente contra las personas no heterosexuales quienes reclaman los mismos derechos humanos que sus contrapartes heterosexuales; y los científicos líderes de la Teoría de la Evolución, la ingeniería genética y la biología molecular, que tratan de hacer entender a los líderes religiosos y a los creyentes en lo sobrenatural, sus descubrimientos científicos, que junto a los de las otras disciplinas científicas, están cada vez más cerca de eliminar de los diccionarios la frase: “enfermedad incurable” y la masificación de fuentes de energía no contaminantes y accesibles a todos.
¿Cuál es el secreto del éxito de esta Verdadera Revolución?: Llevar a la práctica las ideas políticas—no militares—de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco; el Libertador, Simón Bolívar, quien junto a Lajos Kossuth en Hungría, Giuseppe Mazzini en Italia, Johan Rudolf Thorbecke en Holanda, fueron los líderes mundiales del Liberalismo.