Rescate de banderas
La Agenda Alternativa Bolivariana nos lleva a aquellos días de metas inalcanzables. De luchas cargadas de ideales y de búsquedas imperecederas por realizar sueños de grandeza. De compartir estrecheces surgidas al calor de los lazos que engendra la confraternidad.
La Agenda Alternativa Bolivariana, constructo político que concebía un programa de gobierno, sigue siendo parte de un proyecto nacional inconcluso. Además, también es el germen de una filosofía viva que se ancla en el alma de los duros e irreductibles luchadores sociales.
La Agenda Alternativa Bolivariana es una bandera que simboliza el momento único de la gestación del modelo de una nueva República. Momento que unió a protagonistas de posturas múltiples y variadas, para postrarlos en la antesala de la euforia, por conquistar el no alcanzado todavía peldaño de la gloria. Momentos que rememoran los inolvidables actos del año 1997, que incluyen la tan simbólica Asamblea Extraordinaria de Valencia.
Por todos estos sentimientos que tienen sus propias emanaciones de energía imperecedera, la Agenda Alternativa Bolivariana vive aún. Se alza en las coyunturas actuales de extravíos y perdiciones para señalar rumbos y encuentros de quienes siempre están ahí. A la vanguardia del llamado para la acción, a fin de retomar los rumbos abandonados e irresponsablemente subestimados.
Toda la concepción ideológica que sustenta a la Agenda Alternativa Bolivariana, se basa en la tesis insuperable y vigente del Poder Constituyente.
Tesis que clama por la transferencia de la toma de decisiones a las comunidades organizadas. Tesis que exige la entereza de los hombres que la sustentan para cumplir con otorgarle el poder al pueblo. Pueblo, expresión sinónima de colectivo nacional, que incluye todos los estamentos, gremios, sectores, asociaciones, grupos, partidos, círculos y demás expresiones de la organización social. Poder para todos. Poder para decidir el destino de manera autónoma. Poder para ejercer los derechos de ciudadanos y recibir las consideraciones que todo ser humano se merece. Poder para vivir no al margen de la prosperidad, sino dentro de la felicidad que ésta origina.
Agenda Alternativa Bolivariana y Poder Constituyente son dos banderas olvidadas . Dejadas de lado por la claudicación ante la fuerza sublime del poder burocrático. La fascinación por el poder que embruja, sedujo a los actores de mando para convertirlos en ciegos sediciosos del pragmatismo material. Lujuriosos que hoy están despertando para palpar la magnitud de sus errores. Despertares que incentivan a la conciencia para bajar la cabeza y aceptar los nuevos tonos de la humildad.
Símbolos y banderas que tienen que ser recolocadas en el puesto que les corresponde. Hacerlos presentes en el escenario político actual. Escenario que se caracteriza por le regresión hacia estadios paupérrimos largamente superados en el transcurso de la lucha por elevar nuestra civilización. Pero, la degradación del alma de quienes erraron sus rumbos, facilitó la reinstalación de taras superadas en el tiempo, que fueron y se creía que no volverían más.
Hoy, ante la amenaza de la desintegración de la vida republicana y la destrucción de los niveles societales logrados por la colectividad venezolana, las banderas imperecederas y esperadas por la gran masa del pueblo nacional tienen que volver. Reinsertarse en el corazón y en la conciencia de los luchadores que no claudican nunca. Retomarse como metas concretas para ofrecerlas a la confundida y aguerrida sociedad nacional. Banderas que tienen vigor fresco de referencia unitaria. Banderas que expresan concepciones ideológicas para permitir consenso y coincidencias. Banderas que buscan mejorar la calidad de vida y el progreso sostenido de nuestra República Bolivariana de Venezuela.
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