Opinión Nacional

Reparar

El verbo reparar es palabra compuesta, pero no se forma en nuestro idioma, sino en Latín, de donde nos viene ya formada. Sus componentes son el prefijo re-, que significa, entre otras cosas, repetición, reiteración, y el verbo parare, que entre sus varios significados tiene el de preparar, disponer, etc. En Latín el verbo raíz del nuestro es reparare, y uno de sus significados es, por lo tanto, volver a preparar o volver a disponer, igual que en Castellano.

En nuestro idioma el verbo reparar es polisémico. El DRAE le atribuye doce acepciones: “Arreglar algo que está roto o estropeado. || 2. Enmendar, corregir o remediar. || 3. Desagraviar, satisfacer al ofendido. || 4. Suspenderse o detenerse por razón de algún inconveniente o tropiezo. || 5. Oponer una defensa contra el golpe, para librarse de él. || 6. Remediar o precaver un daño o perjuicio. || 7. Restablecer las fuerzas, dar aliento o vigor. || 8. Dicho de un vaciador: Dar la última mano a su obra para quitarle los defectos que saca del molde. || 9. Mirar con cuidado, notar, advertir algo. || 10. Atender, considerar o reflexionar. || 11. Pararse, detenerse o hacer alto en una parte. || 12. prnl. Contenerse o reportarse”. Como se ve, algunas de estas acepciones son desconocidas o poco usuales en Venezuela.

La primera es la más común entre nosotros. Reparar algo es generalmente componerlo, arreglarlo, volverlo a su estado anterior, cuando se trata de algo que se ha echado a perder, que se ha dañado o descompuesto, como un automóvil, un artefacto eléctrico o mecánico, un traje o unos zapatos.

También usamos el verbo reparar con el sentido de enmendar o corregir algo que se ha hecho mal: reparar una falta, reparar un error, etc. El error puede ser una ofensa indebida a otra persona, lo cual se repara excusándose o retractándose ante ella, o reconociendo el error.

Se repara igualmente los daños o perjuicios causados: una persona le causa un daño a otra, y le dice. “No se preocupe, yo le reparo el daño que le hice”. O, contrariamente, la víctima reclama: “¡Usted tiene que repararme los daños que me causó!”. En este caso se trata casi siempre de daños materiales, susceptibles de ser reparados. También, por supuesto, puede tratarse de daños morales, pero por regla general esos son irreparables, o, aunque se reparen, sólo lo serán en parte, independientemente de que el receptor del reparo quede, o aparente quedar satisfecho. Hay daños morales que nadie puede reparar íntegramente.

Son reparables, asimismo, las fuerzas o energías perdidas o disminuidas, pongamos por caso, por un esfuerzo intenso. Después de haber trabajado mucho y duro, o de haber practicado un deporte, se reparan las fuerzas perdidas mediante una buena alimentación y el sueño.

Reparar en algo puede ser equivalente a observar una novedad, o lo que antes no se había observado: “Hoy, cuando fui a la farmacia de la esquina, fue que reparé que la habían cerrado”.

En Venezuela tenemos una acepción del verbo reparar que aún no ha sido incorporada al DRAE como venezolanismo, lo que deberá hacerse en el futuro. Me refiero a la acepción de reparar en el sentido de “Presentar un alumno suspendido o aplazado un examen especial (…) para intentar aprobar una asignatura” (Diccionario de venezolanismos). Curiosamente, esta acepción tampoco aparece en el magnífico Diccionario del habla actual de Venezuela, de Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez.

Lo que confieso no entender es cómo se puede reparar unas firmas consignadas en solicitud de un referendo, o de lo que sea.

(*): Últimas Noticias. Caracas, 2 de mayo de 2004

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