Renuncia, destitución o derrocamiento
Venezuela no puede continuar gobernada bajo la dirección del régimen presidido por Hugo Chávez Frías. Aunque algunos ingenuos piensen que exagero, se trata de los bárbaros más caros, ineficientes y corrompidos de la historia contemporánea. Hay quienes opinan que de todos los tiempos. En todo caso, la República está en proceso acelerado de destrucción, los principios y valores que alimentan nuestra nacionalidad se desvanecen en medio de una agresiva siembra de odios y resentimientos revanchistas que, al adornarse con una ridícula retórica comunista, revolucionaria a la cubana, guerrerista y cobardona cumplen los extremos exigidos por la Constitución de la República para exigir responsabilidades a quien es, sin duda alguna, el máximo responsable de la tragedia nacional.
El escándalo bancario y financiero dejó al descubierto las miserias del régimen. Sin pretender excusar la enorme responsabilidad de la mayoría de los señalados a esta hora presos, fugitivos o acosados por los verdaderos jefes de las mafias construidas alrededor de la boliburguesìa gobernante, estoy convencido de que se busca cubrir con un manto de impunidad a quienes facilitaron todas las operaciones cuestionadas enriqueciéndose groseramente de manera directa o indirecta. El Presidente Chávez lo sabe todo. Lo sabía desde hace años. Estimuló el proceso de compra-venta de instituciones financieras y estrictamente bancarias y disponer así a su antojo de una estructura adecuada para financiar sus propósitos. El precio es el botín de los piratas, de los asaltantes de todos los tiempos, permitir el enriquecimiento de propios y extraños permaneciendo él como dueño y señor del dinero y del crédito del país. Pero lo decíamos antes, son tan ineficientes y amorales, tan codiciosos y extravagantes, que las ambiciones encontradas y los intereses cruzados desataron la sórdida lucha que determinó el escándalo público de estos días. Sucede con relativa frecuencia en todas las organizaciones mafiosas, es decir en el mundo del crimen organizado. Esto no ha terminado. Apelan a una parte de la banca tradicional. Piensan que atemorizándola y endulzándola con la retórica oportunista conocida en otras circunstancias podrá controlarla o al menos mediatizarla temporalmente. Pero el objetivo está claro y dicho. Se trata de controlar todo el sistema financiero. Si para ello tiene que estatizar la banca, pues lo hará. Su existencia es contradictoria con un régimen socialista, comunista a la cubana. Sin embargo, temporalmente necesitan de la colaboración de esas estructuras sanas, o medianamente sanas, para atender las necesidades operacionales del régimen.
Hugo Chávez trabaja el margen y en contra de los deberes y obligaciones que le señala la Constitución. Ha colocado la institucionalidad fuera del estado de derecho. Es el verdadero peligro, presente y futuro. El problema mayor que la nación tiene que resolver.