Relevo de prueba
El mensaje a la asamblea donde proclamó ejército beligerante a las FARC, a las que a su vez calificó de bolivarianas, no deja duda sobre la identidad de objetivos, métodos y actitudes. Si no es suficiente esa declaración pronunciada en acto solemne del poder público, la respuesta al reclamo sobre los secuestrados venezolanos por parte de las FARC, si acaso fuera posible, la hace más evidente: ‘las FARC no tienen venezolanos secuestrados, porque si los tuvieran ya los hubiéramos liberado’.
Toda una confesión, que además de comportar la pretensión de que con su sola palabra se puede establecer y probar un hecho negativo, descalifica el reclamo, niega la investigación, encubre a los autores y revela su egolatría al asentar su suficiencia para rescatar secuestrados, desmentida por la realidad; o su condición de jefe de las FARC, también desmentida por la realidad. Quizá revela solamente su aspiración a esa jefatura.
Cada quien juzga por su condición, dice el dicho. ¿Es por lo tanto de extrañar la identificación del presidente, de sus ministros y de los asambleístas aplaudiendo hasta rabiar la declaratoria de beligerancia de esos traficantes de drogas, cuyo máximo jefe lleva el apodo de “tirofijo” expresión inequívoca de que sus disparos se hacen con premeditación y alevosía; y que tales circunstancias que la humanidad de bien considera agravantes sean estimadas por ellos como meritorias?
Pero ahora la presidenta de la asamblea ha arremetido contra “la conspiración mediática del imperio” que pretende afirmar, “falsificando perversamente la verdad”, que la asamblea le reconoció ese carácter; y que tal conspiración lleva el sello de la traición a la patria y envuelta en la bandera del patriotismo, que como ya se sabe es el último refugio de la canalla, amenazar con todo género de sanciones.
Y yo me pregunto ¿esa falsificación de la verdad que ella alega daña a la asamblea? ¿Dañó al presidente el reconocimiento que les hizo? ¿Quiere la asamblea marcar distancia con el presidente? ¿Los aplausos fueron sólo un gesto de cortesía pero la asamblea discrepa y rechaza el reconocimiento del estado de beligerantes?
Si la respuesta a todas estas cuestiones es no ¿Qué clase de conspiración mediática es la que con doble y mala intención ha forjado el imperio y han ejecutado sus lacayos propietarios de los medios privados?
Si la respuesta a todas esas cuestiones es sí ¿Van los asambleístas a dejar en la estacada al presidente, que constitucionalmente dirige las relaciones exteriores de la República, siendo la materia del reconocimiento del estado de beligerancia parte de ellas?