Regimén troglodita
Muchos venezolanos en estos días no sólo nos estamos interrogando que pasará con el país, con el régimen de libertades, con nuestro Estado de Derecho, con nuestros medios de comunicación, empresas, universidades etc, etc. La incertidumbre nos invade y más todavía nos afecta de forma cotidiana, ha quienes señalan que las pesadillas son generalmente nocturnas, pero en el caso de Venezuela la pesadilla es también diurna, la congoja no se limita a Chávez sino a sus ejecutorias, a sus acciones y los venezolanos nos despertamos y nos acostamos influidos por la miseria, el desempleo, el hambre, la confiscación de medios de comunicación, la invasión de tierras, la violencia, el cierre de fabricas, y la inseguridad personal, jurídica y colectiva.
En fin, nadie puede desconocer los errores reiterados que en el pasado se cometieron, pero los venezolanos no merecemos esto, no merecemos un gobierno que lejos de mejorar nuestros niveles de vida, nuestras garantías y derechos se ha dedicado a la trifulca, a la disputa y a conculcar el régimen de libertades que tanto no ha costado y que de paso la Constitución que ustedes mismo redactaron reconoce y que hoy el primero en violarla es el propio gobierno.
Cuantos venezolanos deben de sentirse profundamente arrepentidos, no sólo por haber respaldado a Chávez el 06 de Diciembre de 1998, sino en sucesivas convocatorias. Les aseguro a los lectores que aquellos que legítimamente votaron por Chávez lo hicieron convencidos de un cambio, de una mejora substancial, de un proyecto de país basado en el desarrollo, el progreso, las libertades, pero ha resultado ser un profundo y craso error, sumamente costoso, dañino y perjudicial en términos institucionales, humanos, económicos, de libertades y para usted de contar.
Les aseguro que aquellos que votaron por Chávez lo hicieron convencidos de una transformación positiva y sostenida del país, nunca pensaron que el presidente se dedicaría a viajar, a exportar su supuesta “revolución” y “proceso”, pensaron en la humildad y no en la fastuosidad del actual jefe de Estado, jamás se les paso por la mente invasiones a tierras que antes eran productivas y hoy son espacios desolados, jamás pensaron en que Chávez conculcaría medios de comunicación llegando al extremo de no renovar una licencia y “técnicamente” cerrar un medio de comunicación, información y expresión como Radio Caracas Televisión (RCTV), ni tampoco les paso que el presidente se dedicara a solventar los problemas de diversa índole de Cuba, Nicaragua, Haití, Honduras, Bolivia, Ecuador y para usted de contar, cuando no ha sido capaz de arreglar los problemas que todos los días se agravan en Venezuela.
Los venezolanos cometimos errores pero nunca tantos para merecer este castigo tan tedioso, tan ruin, tan denigrante. Ahora parece que Chávez es amo y señor de Venezuela, es el dueño de la verdad, del poder, de la justicia, de lo que se debe y no debe hacer, y no entiende ni él ni sus asesores que la gente siente, padece, sufre y que a él se le eligió para gobernar no para atemorizar, se le eligió para trabajar y no para dañar el patrimonio de los venezolanos, se le eligió para transformar positivamente al país y no para politizar nuestra educación, se le eligió para hacer justicia y no para destruir a una empresa como PDVSA que es rotundamente falso que ahora es de todos. Este régimen troglodita no sólo concentra todo el poder, privilegia el mando, reduce el pluralismo, la disidencia, se asume la intolerancia, una ideología y pensamiento único y rígido contradiciendo los más elementales valores y libertades democráticas.
La historia tiene que ser critica, fría y argumentativa con los desmanes que día a día se suceden en un país que clama orden, tranquilidad, paz, empleo, desarrollo, crecimiento, productividad, Estado de Derecho. O será que tiene razón aquella afirmación muy repetida de que “el país le quedo grande a Chávez… fue mucho camisón pa petra”. Veremos…
