Opinión Nacional

Reforma o nueva Constitución?

Del saber público, el presidente ha presentado su propuesta de reforma a la Constitución. La AN sin ningún análisis, oídos sordos, ciega de mente la ha aprobado y el CNE ha establecido que el referéndum ha de hacerse en bloque. La celeridad puesta con tanto empeño contrasta con la muy marcada ineficacia de la AN para aprobar las leyes a las cuales estaba obligada por mandato constitucional. Otras ausencias son incomprensibles, pero tal vez eso nos haya salvado. La Ley Orgánica de Educación está prisionera, la ley de Cultura… Por su parte el CNE, ignorada la racionalidad de uno de sus rectores, cumple con el mandato del Señor, “que sea en bloque” y así será, es la palabra del Presidente. ¡Todo o Nada!
Acerquémonos un poco a esto. Toda constitución, también toda ley, pero esa en especial, es la objetivación de las relaciones de poder. Aun cuando suene duro, su articulado es la expresión de ese juego y, por tanto, la adecuación del texto a los intereses hegemónicos, con las concesiones que esas relaciones de poder relaman. Esta radical afirmación debe atenuarse en la medida en que razones culturales, económicas, religiosas, políticas, sociales… e históricas están presentes en tales relaciones, de modo que conquistas universales como los establecido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, Declaración de los Derechos del Niño y del Adolescente, derechos civiles y políticos, etc., las conquistas democráticas básicas mundialmente institucionalizadas, se incorporan a las constituciones, en casos con carácter supra-constitucional, del mismo modo otras obligaciones, acuerdos, internacionales suscritas por el país, etc., casi siempre se convierten en mera retórica e incluso, bajo regimenes autoritarios, o en los formalmente liberales en lo religioso, económicos,…como formas de manipulación.

Este principio básico se aplica como nunca a las constituciones de la era democrática y, de manera abierta y confesa, en la Constitución del la República Bolivariana de Venezuela. Grandes aportes se deben a la Bicha, familiarmente así “bautizada” por HRCHF y cuyas bondades guiarían al país en los próximos cien años. Aportes muchos que ya estaban previstos en el proyecto de constitución de Caldera y que por inexplicable desidia no se consideró y aprobó en su oportunidad. Sobre esa, con las correcciones y los aportes de los constituyentistas, precedió la ANC Pero las bondades de esta constitución ya son limitadas e incluso obstáculos para el desarrollo y práctica del proyecto del Presidente, su Socialismo del S XXI y la necesidad de una jefatura que garantice su ejecución, primero, y sobre todo, para garantizar su continuidad y así evitar un posible retroceso., segundo. Estas últimas palabras son tomadas casi al pie de la letra de las abundosas consideraciones del sr. Presidente.

¿Por qué el presidente, su proponente, le da el carácter de reforma a su propuesta? Porque es una reforma, responde constitución en mano con la sapiencia de su propia hermenéutica. Magistral, lee y sentencia. Es una reforma que, además, es un todo, de modo que si se modificase una letra, una coma, a su propuesta, pierde el carácter de totalidad y, tal armonía alcanza la propuesta que, para no desafinar, sería capaz de retirarla –para lo cual está en plenitud de potestad y poder-. Es su palabra. Y ya sabemos, la Palabra del presidente es vox populi y vox populi es vox Dei, así estableció el poder romano, pero cuidadoso el poder (emperadores, cónsules, generales, patricios…) conservaba el poder de la interpretación del oráculo, de modo que sólo el poder sabía que significado tenía la vox populi, vox dei. Cosas pues, de El Supremo. No es vanidad mía, pero siempre dije, todo el tiempo afirmé que la única fuerza que destruyó al Imperio fue la corrupción total y la perversión absoluta. Lo demás fue importante, el grito del esclavo, el disidente, el moralista,… ayudaron, pero tantas veces saciaron sus anhelos con las limosnas que recibían del poder, como una forma de afinar la voz populi, que entona himnos según el pan y el circo. Panem et circenses, es de esas bendiciones eternas del poder romano.

Pero no es reforma.

Anécdota o verdad se atribuye a Galileo la sentencia, aunque me maten la tierra se mueve. Esta simple ley, expresa dos verdades eternas, para el caso. La primera, que la tierra se mueve, la segunda que el poder es capaz de matar para mantener su dominio, para garantizar su verdad. En efecto, si la Santa Madre Iglesia y su no menos la Santa Inquisición, tienen el dominio absoluto de la verdad según su propia y única hermenéutica, la única verdad es su verdad. Su verdad es la verdad. Y cuando la inconsistencia de la verdad del poder se demuestra, entonces el poder se desmorona, salvo que hábilmente asuma la nueva verdad y se adecue a ella, digo mejor, la domestique para sus servicios. Probar que la tierra se movía era probar que el centro del mundo no era el Vaticano. Y sus consecuencias eran mucho más graves que aceptar que la tierra se mueve. Ya sabemos qué ocurrió con Galileo y sabemos también qué ha hecho la Iglesia para admitir que la tierra se mueve y que la ciencia, la crítica, tienen su propio dominio dinámico, inconcluso,…pero no es esa historia la que quiero destacar, solo mencionarla como una referencia de significación ética. No sin antes recordar, para ir mas allá, que dos reformas muy importantes conocemos en Occidente. La Reforma presidida por Martín Lucero y la Reforma de Córdoba. ¿Por qué son útiles estos ejemplos? Porque al decir de Lutero, la cualidad del credo cristiano, sus valores esenciales, su doctrina, su dogmática, permanecía intacta, mas aún se volvía a sus fuentes, se asumía su valor original y originario. No así el poder del Vaticano, se rechazaba, se negaba. Ahí estaba el quid del asunto: cuestionar su poder, negarlo, incluso. Con la de Córdoba, la universidad reasume sus valores también fundantes, sus cimientos y se avanza a limitar un poquito el poder interno de su gobierno que se había hecho perverso. Se crea el cogobierno para reafirmar su autonomía y pertinencia.

Los diccionarios y nuestra constitución, nuestra Bicha, asumen ese valor semántico e histórico, en efecto dice así el artículo, “La reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional” (Cap. II De la Reforma Constitucional, Art. 342). No faltará un Escarrá que grite que la estructura de la constitución queda incólume y que los principios fundamentales son su indiscutible dogmática. Que la estructura de la constitución es su forma jurídica y que la esencia de la constitución a reformar es buscar la perfección de sus principios, el socialismo subyacente, no explícitos a plenitud en la del 99. El otro Escarrá, dirá exactamente lo mismo, pero su inverso. A veces prefiero creer que no lleva la humanidad a cuestas la tragedia de Caín y Abel, sino que son cosas normales de la tragedia inherente al poder que muy pocos disfrutan y que casi la totalidad sufrimos como Sísifo. Creí haber visto a Hermann jugando a cuadro cerrado, los libros de todas las sabidurías y las citas más elocuentes para que HRCHF tuviese en sus manos la 99, mientras el otro, era más discreto, como más chiquito, esperando que alguien le vistiera con las ropas del primogénito y así con el nuevo texto iluminar los senderos y el propio destino del pueblo escogido, salvo que el Presidente no parece ser Isaac, ni menos haber alcanzado la vejez, Hermann no es Esaú y el otro no se me parece a Jacob, y, casi lo olvido, Venezuela no es el pueblo escogido. Digo ¡parece!. De pronto es algo más, el Paraíso, y pese a mi natural escepticismo sea Chávez el que es. El único, El Supremo. Así hablaba Yahvé.

Y no es no es reforma porque sencillamente la propuesta cambia radicalmente el sistema mismo, el estado socialista no es el estado que ahora se tiene. La claridad de esta propuesta de reforma se esconde en un lenguaje que a ratos resulta una especie de oxímoron, procedimiento que oculta –para este caso- la verdadera significación y sentido del texto: cambiar el texto para crear un nuevo estado. No me he detenido a plenitud ni menos a placer en ver cuántas veces aparece la palabra socialista (democracia, modos de producción socialista…), pero al azar, sin mediano rigor pero con algún orden, vea conmigo estos artículos propuesto:6,112,136 158, 168, 184, 307,321…y, por favor, analícelos mediante un simple recurso de comparación con el Título I de la –por ahora vigente – Bicha.
Lo demás importa menos. Hay contradicciones en el texto propuesto con el texto de la vigente Bicha. La mayor ha sido observada. La constitución vigente regula las relaciones de un estado social de derecho, de justicia… etc., asume, pues, el modelo democrático burgués, para satisfacer a los epistemólogos del gobierno, y esta nueva constitución busca la creación de la democracia socialista. Y en este esfuerzo el proponente exige, por una parte, mayor concentración del poder en las manos del presidente o presidenta de la república para garantizar la conducción del proyecto del socialismo, aquí no enunciado como socialismo del siglo veintiuno, sino como democracia socialista, y por la otra, la transformación del gobierno, del estado, la cual se amplía con la creación de un nuevo poder, el PP, en la concentración del poder en manos del presidente o presidenta y la toma de decisiones fundamentales de todo el país, la creación de una nueva geografía política, sobre la cual el presidente o presidenta ejercerá todo el poder, su poder.

Digo que todo lo demás importa menos, porque desnudado el rey, (democracia socialista, cesarismo, perpetuad de su hegemonía…) el resto de su traje es mera apuesta, trampa. El horario de seis horas, incorporar a los no asegurados en el sistema del Seguro Social o como se llame. Trampas para idiotas. Unos porque cifran allí sus esperanzas del ocio inútil, otros, porque ven en ello una reivindicación de la clase obrera, como las que en sus luchas titánicas alcanzó otrora, las ocho; otros –tal vez los más – porque nada tienen que decir más allá de maldecir a Chávez. La trampa no está en no haber legislado antes y ad hoc con sobre la cuestión social, sino en ponerla como pan para el circo, ocultando que la jornada laboral ha sido reducida solo en países con alto nivel de producción y bienestar social, como parte de la calidad de vida de la sociedad. Como ilusión para meter en el paquete lo importante, la democracia socialista y el poder absoluto del máximo y único líder del proceso.
¿Pero hay más? En todas nuestras constituciones ha habido la tendencia a hacer del presidente un ser superior, emperador, rey, eso cuando menos. La bondad del Mesías con la habilidad de traficante, del mercader. Gómez, el Benemérito. Próximos está Betancourt, el Padre de la Democracia. Su antecesor, el Libertador, es un pigmeo padre de la Independencia. Caldera, Gurú, sabio y el actual, que con respetuoso trato han bautizado como Yo El Supremo, presumo que como un recurso literario que ve en la novela de Roa Bastos algunos indicios analógicos. Pues bien, esta reforma reafirma la heroicidad del caudillo y lleva a extremos ideológicos: su misión, la construcción de la democracia socialista bajo un liderazgo único, indelegable, cuya perfección tiene en Vecezuela, fuentes teóricas en el Cesarismo Democrático de Vallenilla Lanz…y en el universo externo, la concentración del poder para garantizar el triunfo de la revolución, es decir de la redención definitiva. El cambio de la constitución es radical, no formal.

Y una aberración sin precedentes. La definición de la fuerza armada como anti-imperialista. Esto es “original” en este texto, ajeno a la cultura política occidental moderna, al humanismo, que da a la fuerza armada un carácter fundamentalista. Nada en una constitución puede ser anti, y su peso es tan grave como si se dijese que es anti-religiosa, porque entre tantas mañas se da por definido el imperialismo y se excluye de pueblo a la totalidad de los venezolanos o dicho de otra manera se legaliza la división entre pueblo y los demás.

¿Que puede hacerse? 1. Superar el fundamentalismo que signa al “chavismo”, ese comando que vive, engorda, goza con la revolución y el fundamentalismo del antichavismo, que rechaza el debate, que no ve otra salida que su sentencia:”muerto el perro se acaba la rabia”. Buscar el diálogo entre quienes disiente y quienes afirman la reforma (que no es reforma) y lo que ello implica. Demostrar que son inconsistentes las propuestas con la constitución vigente. Que se debe retomar el pensamiento de Bolívar para enfrentar a los fariseos, allí donde justamente es más trascendente: la lucha, por la cultura y la civilidad, frente al militarismo, el autoritarismo. Reafirmar la descentralización como expresión de la democracia participativa, protagónica en oposición a la concentración del poder parroquiano, autoritario. Profundizar las ideas en el diálogo para el encuentro. Salirse, zafarse de lo insulso, banal, la diatriba, el insulto y en su lugar la reflexión y la prueba, el teorema y su demostración ante el dogma y la idolatría.

Prepuestas claras, transparentes para buscar salida a la criminalidad, la violencia, el hambre, el desempleo, la inflación. Ser ejemplo diario de tolerancia crítica. A argucias tales como que la reelección ad infinitum en Francia, Inglaterra, etc., que los chavistas toman en préstamo de las formas de gobierno burgueses, capitalistas e, incluso, imperialistas algunos de ellos, como Inglaterra, no se puede invocar para justificar la heguemonía del presidente en la democracia socialista. Pero lo que no se puede hacer, más que en sana lógica, en sana historia, es reivindicar a los responsables de que El Supremo Líder, sea el presidente hoy, el jefe del proceso, el comandante, mayor general del PSUV, me refiero a AD, COPEI & CIA., corrupción, la perversión y demás males que para simplificar llamo morales, que legitimaron la caída del Reich IV, o sea, la Cuarta república. ¿Exclusión? No, inclusión en el nuevo proyecto, en donde el poder se domestique.

Solo este diálogo, sólo él puede derrotar el sacro poder revolucionario del petróleo a 70 (¿?) dólares. Virtud de las necesidades del capitalismo salvaje, soporte del de este socialismo indoamericano, originario, bolivariano, robinsoniano, zamorano, cristiano y humanista, que a veces anda en Humer o viaje en maletines con el vil “metal” en traje de dólares.

Finalmente.2. Si se acepta como en efecto es que no es reforma sino cambio radical de la constitución se está obligado a convocar a una Nueva Asamblea Constituyente. Si se impone la falacia de la reforma la constitución legitima la desobediencia civil! O un recurso elegante, al parecer no propio del talante presidencial, dejar la Bicha quieta, como está, no violarla.

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