Reelección autoritaria o alternancia democrática
Nos corresponde a todos los venezolanos volver nuevamente a expresar nuestra opinión y decidir los destinos del país. Si bien es cierto, el país no nacerá ni mucho menos morirá después del domingo 15 de febrero de 2008, no es menos que esta elección es sumamente importante y constituye una prueba, un reto, un umbral al que ha sido sometida la democracia y los propios venezolanos, y que el resultado de la Enmienda Constitucional planteada por la Chávez a través de la iniciativa de la Asamblea Nacional Constituyente, afectará la dinámica del sistema político ya sea por la vía de reafirmación democrática ratificando la alternancia o contrariamente por la vía autoritaria de establecer la reelección indefinida ya no sólo del presidente de la República sino incluso de los gobernadores, alcaldes, diputados y demás.
Nadie en su sano juicio pensó o visualizó que en un país con una tradición republicana y libertaria como Venezuela, y en pleno siglo XXI sería posible impulsar la posibilidad real de transformar las bases y principios constitucionales y democráticos que hemos cultivado desde la Constitución de 1811 hasta la de 1999. La historia nacional, latinoamericana y europea deja muy claro como los países en los que se ha intentado establecer el socialismo, el comunismo, gobiernos fuertes y más aún la reelección de sus autoridades han terminado retrocediendo, con deterioros políticos, humanos, económicos, sociales, éticos, basta ver los niveles de miseria, intolerancia, pobreza, violación de los derechos humanos, pérdida de expectativas, desempleo, desnutrición, corrupción y demás de experiencias como las de Rumania, Bulgaria, Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia o la propia Ex Unión Soviética, o la Cuba de Fidel Castro frente al desarrollo, progreso, crecimiento y florecimiento de países como Italia, España, Francia, Alemania, Noruega, o en nuestro caso latinoamericano Chile.
En fin no es un problema de gusto o colores. La historia nos deja clarito como la democracia se ha constituido no sólo como un ideal de vida, sino además, como una forma o tipo de gobierno que supone división de los poderes públicos, supremacía de la norma o Constitución, garantía de los derechos humanos, elecciones periódicas, transparente y confiables, alternancia, pluralismo político, diversidad de partidos e ideologías, respeto a las minorías, existencia de controles, topes y limites para evitar justamente la arbitrariedad en el ejercicio del poder y que se consoliden gobiernos autoritarios y totalitarios que lo único que han dejado es dolor, violaciones de toda índole y retroceso del ser humano, de sus conquistas, injusticias y miseria humana.
Los venezolanos tenemos que comprender que la reelección indefinida aparte de no estar consagrada en ninguna Constitución del mundo, conduciría a un camino incierto y autoritario. Además, otro elemento que tenemos que para emitir nuestra opinión y voto el domingo 15 de febrero, está en la evaluación o valoración que tengamos de la década que lleva Chávez como Presidente de la República, y que los venezolanos respondamos a ciertas preguntas entre ellas, si diez años después tenemos mejor salud, mejor educación, más seguridad, vivimos mejor, estamos más y mejor alimentados, tenemos un país sociable, cívico, ordenado o al contrario, Venezuela ha retrocedido en términos de calidad de vida, de sociabilidad, de salud, educación, empleo, seguridad. Por todas estas preguntas e inquietudes y con mucha responsabilidad tenemos que salir a votar, no podremos discutir, ni reprochar o criticar si no participamos. En lo personal ratificamos nuestro talante democrático y por ello votaremos NO.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes