Opinión Nacional

Rasgos preocupantes del Proyecto Educativo

El papel del docente en la educación, en todos los tiempos, ha dependido del contexto político, económico, social y cultural, pero la posición frente a las decisiones que debe tomar cada educador como profesional de la docencia está determinada por su presente inmediato, sus principios; su formación académica; su grado de información sobre el entorno; y el grado de conciencia sobre su responsabilidad en la formación de los niños y de los jóvenes. Sin embargo, algunas veces, como en la etapa actual de nuestro país, además de los factores señalados, también adquiere relevancia su compromiso con la defensa del sistema democrático pluralista.

La lectura del (%=Link(5913190,»Proyecto Educativo Nacional»)%), elaborado por el Ministerio de Educación bajo la coordinación del Sociólogo Carlos Lanz, (PEN, octubre 1999), documento fundamental que sirve de base para la toma de decisiones en el campo educativo, permite identificar aspectos que son realmente preocupantes, que ya han creado angustia en los padres, los representantes y los docentes que no comparten la ideología que tratan de encubrir en sus proposiciones.

Como un aporte al proceso de reflexión sobre el atropellado, confuso e incoherente proceso de cambios iniciados, en 1999, en el campo educativo, que se manifiesta tanto en el (%=Link(5913190,»Proyecto Educativo Nacional»)%), como en resoluciones y en (%=Link(5431577,»decretos»)%) precipitados, ilegales e inconstitucionales, se señala, en la Parte I, de este artículo, aspectos del documento Acervo Político Pedagógico y Constituyente Educativa (APP, 1999), presentado por Lanz, en abril de 1999, en la Comisión ad hoc, designada por el Colegio de Profesores de Venezuela (CPV), porque las ideas y las proposiciones expresadas en ese trabajo se pueden considerar como antecedentes directos del PEN, el cual se analiza en la Parte II.

Parte I: El APP como antecedente del PEN

  1. En el APP (p. 2), se afirma que el conjunto de elaboraciones que allí se presenta “corresponde al acervo que como corriente político-pedagógica hemos construido” y que no se trata de “opiniones de última hora o simple moda constituyentista”. Se cita otro trabajo, de 1993, en el cual se critica nuestra educación democrática, por lo que se denomina “un planteo APOLÍTICO en el sentido que se desconoce la raíz estructural de la crisis educativa, los intereses de clase o étnicos involucrados, las relaciones de poder en el aparato escolar”, y que “no se señala con propiedad con qué corriente teórico epistemológica o pedagógica se milita”. En este sentido consideramos que las observaciones que se desarrollan en los párrafos siguientes conducen a pensar que la afirmación anterior es perfectamente aplicable al PEN y a las decisiones que se han tomado desde 1999, en el ámbito educacional.
  2. En el APP (p. 4), al describir “el nuevo orden civilizatorio”, se destaca lo que se identifica como un contexto de “crisis de paradigma”. Como característica de esa crisis de paradigma se señala, en primer lugar, la bancarrota del “marxismo soviético”, mientras que en el “proceso” actual se glorifica la figura del Che Guevara, se presenta como modelo al sistema cubano que es de corte marxista stalinoide y se firma un convenio para traer de Cuba docentes, asesores e instructores en diferentes áreas de la educación. En segundo lugar, se identifica como otro rasgo de la crisis paradigmática, la emergencia de la crítica postmoderna y la perdida de legitimidad de la metanarrativas o teorías universales, que se identifican como meta-relatos, mientras se defiende la metarranativa marxista de tipo cubano, con su educación adoctrinadora y fanatizadora que produce rasgos deprimentes como los que se pudieron observar en los niños y en los jóvenes que nos visitaron hace poco tiempo.
  3. Aclara Lanz en su trabajo, que asume la “crítica de la economía política de factura marxista en una clara impugnación a las relaciones de poder capitalista, particularmente a sus expresiones concretadas en la explotación del trabajo, la opresión política y la hegemonía cultural”. Es increíble que mientras el ideólogo fundamental del Proyecto Educativo afirma lo anterior, se observa justamente lo contrario en el “proceso” actual, en el cual se ha emprendido una lucha contra las organizaciones de los obreros y profesionales las cuales han luchado, y siguen haciéndolo, contra la explotación del trabajo; una fuerte presión y descalificación de los partidos políticos y al mismo tiempo se organiza uno con el propósito de pasar al unipartidismo que tuvo su máxima expresión en la Unión Soviética, en los países satélites y que sobrevive en Cuba, Corea del Norte y en China, con diferentes matices. En relación con la crítica a la “hegemonía cultural”, es irónico que se haya producido recientemente una serie de cambios en los museos y otras instituciones culturales, que fueron identificados como “revolución cultural” ante la cual afortunadamente, han reaccionado muchos intelectuales destacados de todas las tendencias con variadas y profundas críticas y preocupaciones porque esa sí representa una tendencia hacia la hegemonía cultural típica de los sistemas comunistas.
  4. En la página 7 del APP, antecedente del documento del Proyecto Educativo, ya mencionado, al analizar lo que se conoce como “teoría de la reproducción”, se señala que la escuela “reproduce de una manera peculiar la división del trabajo” y se menciona como algo negativo, las “contradicciones entre la escuela y la comunidad”. En relación con esta última afirmación, se puede aceptar que, generalmente, las contradicciones se producen como un hecho normal entre una institución creada para educar las nuevas generaciones, responsable de desarrollar sus facultades físicas, intelectuales y morales, incorporarlas al mundo de la ciencia y de la tecnología y contribuir a la formación de valores fundamentales, todo lo cual puede ocasionar discrepancias entre los profesores y los estudiantes, entre los estudiantes y la escuela y entre la escuela y la comunidad. En la solución de esas diferencias lo que se debe buscar es que los docentes conozcan y respeten los acervos culturales y morales que traen los alumnos de sus hogares y de su comunidad, pero sin llegar a adoptar y aceptar, como algo positivo, por ejemplo, el mal uso de la lengua, las supersticiones, la falta de hábitos higiénicos y creencias que, como el ‘pasmo’, el ‘ensalme’, el ‘mal de ojo’, entre muchos otros, todavía producen miles de muertes en la población menos educada, por no acudir al médico oportunamente.
  5. El documento critica (p. 8) la “fragmentación y atomización del conocimiento, las asignaturas, especializaciones y menciones” y en otro documento de Lanz, Autoformación del Docente Investigador (1997, p. 64), se menciona, como algo recién descubierto la tendencia hacia la ruptura de fronteras entre las disciplinas que se ha desarrollado en el mundo entero, con enfoques interdisciplinarios, multidisciplinarios, pluridisciplinarios y transdisciplinarios, por lo menos desde la década de los años sesenta, que como sus nombres lo indican parten de la existencia de la disciplinas individuales. Es bien conocido que entre los defensores de enfoques “humanísticos” que critican a los expertos y las especializaciones, cuando se encuentran frente a la necesidad, por ejemplo, de requerir la extirpación de un tumor cerebral, prefieran que los opere el equipo de médicos más especializado de que puedan disponer.

PARTE II: Algunos de los peligros del PEN.

  1. En la presentación del PEN que hace Lanz (p. 5), señala que propuso “algunos pasos que orientaron la participación de la comunidad educativa en este proceso”. Al describir el proceso de su elaboración, menciona que los “Docentes, alumnos, representantes y comunidad en general, conversan, indagan, comparten y elaboran propuestas para la transformación de la educación”. Surge la pregunta ¿Cuándo y cómo se convocaron a estos actores que muy pocos se enteraron? Lo que se comenta es que muchos educadores e investigadores se sienten marginados de las discusiones del documento mencionado (El Nacional, 1° de febrero, 2001, p.C/2). Pero lo más revelador de que estas consultas eran selectivas y excluyentes y estaban orientadas hacia un enfoque y una ideología específica, fue la convocatoria para el Encuentro Educativo Nacional de la llamada “Constituyente Educativa: Hacia el “Proyecto Educativo Nacional”, que se realizó en Río Chico, en Villa IPASMAR, en diciembre de 1999, con cuatrocientos quince participantes”, en la cual se destaca que para asistir era necesario “el haber participado en el Proceso de la Constituyente Educativa en sus centros laborales o comunidades y lo más grave “estar comprometidos con la filosofía transformadora del Proyecto”. Así cualquiera discute.
  2. Después de haber transcurrido más de un año la versión del PEN (1999), no ha sido divulgada ni ha sufrido cambios. Lo que se ha publicado en enero de este año, es un “ensayo” con énfasis en “los diversos aspectos propositivos” del PEN. En la versión de 1999, se declara que “Esta no es una versión acabada ni tiene pretensiones de oficializar un punto de vista, sino que quiere jugar un papel de animación y profundización en la discusión” (PEN, p.11), pero lo que ha sucedido es todo lo contrario. Las decisiones concretadas en resoluciones como la N° 259, del 14 de febrero de 1999, relacionada con el programa de Ciencias Sociales, que elimina de nuestra historia gran parte de los últimos cuarenta años; la N° 134 del 15 de junio de 1999, relacionada con el reconocimiento de los militares como docentes ordinarios como si fueran profesionales de la docencia; el Decreto N° 1.011, de octubre del año 2000, con el cual se crea, ilegalmente, una categoría de supervisores itinerantes con propósitos punitivos y que en forma casi infantil se ha tratado de remendar con un instructivo que intenta enmascarar los disparates de este decreto, sin eliminarle ni modificarle una sola letra; el Plan Operativo del Proyecto de Redes Sociales, de abril del 2000: la propuesta para la nueva Resolución para las Comunidades Educativas, de octubre del 2000; y el convenio con el gobierno de Cuba para traer docentes y asesores en el campo educativo desde un régimen comunista stalinoide, son acciones concretas que han sido criticadas ampliamente fundamentalmente, por la orientación ideológica que las sustentan, pero que siguen vigentes.
  3. Es realmente contradictorio y confuso que se plantee (PEN, p. 13) acusaciones radicales como la de que para “la perspectiva crítico-transformadora, la globalización y el nuevo patrón tecnológico en su génesis, en su estructura y en el proceso, se funda en diversos mecanismos dirigidos a la acumulación individual de riquezas”, entre los cuales se menciona la explotación de los trabajadores, el lavado de dinero y narcotráfico, y el acaparamiento de bienes y servicios, y al mismo tiempo se firmen convenios y más convenios internacionales para el intercambio de bienes y servicios que se insertan muy bien en el proceso de globalización que tanto critican.
  4. Mientras se cuestiona el proceso de globalización por sus signos de homogeneización y estandarización de productos, gustos y necesidades (PEN, p.14), se toman decisiones que tienden a homogeneizar el pensamiento político con la pretensión de crear un partido único, una central obrera única, una “cultura” uniforme y controlar los gremios bajo la orientación “bolivararianista”.
  5. En el PEN (p. 17) se afirma, al referirse a la educación democrática de los últimos cuarenta años, que “se está en presencia de una gigantesca operación de encubrimiento ideológico”, en la que se identifica como un rasgo que “La globalización se asume como una perspectiva modernizadora, con su carga de neutralidad y pretensión civilizadora: culto a la apertura y al colosal desarrollo de las telecomunicaciones sobre todo, por el acceso a todo tipo de información”. Pero el gobierno actual, presenta como uno de sus poco logros, con un despliegue de propaganda, el desarrollo de las telecomunicaciones lo cual va unido a la apertura internacional en ese campo. La pregunta que surge es: ¿Ha cambiado el criterio expresado en el párrafo copiado del PEN, o es parte del currículo oculto “bolivariano”?
  6. Otro rasgo de la “gigantesca operación de encubrimiento ideológico” es el que se identifica en el PEN (p. 17), al afirmarse que “Las demandas educativas están referidas a las competencias para la búsqueda y procesamiento de información, el empleo de la telemática” ¿Esto significa que el Ministerio está encubriendo algo ideológico cuando con gran alarde propagandístico, junto con altos funcionarios del gobierno, inaugura “Centros Bolivarianos de Informática y Telemática?
  7. Otro peligro es el de señalar (PEN, p.17) como algo negativo, que forma parte del encubrimiento, el hecho de que “Actualmente existe una prédica que reivindica mucho la formación para el trabajo y la educación técnica”. La pregunta que surge es ¿cómo se justifica el aviso publicado, recientemente, en el cual se informa sobre la creación y recuperación de escuelas técnicas (El Nacional, 25 de enero 2001, p.D/5) y el relacionado con la licitación de dotación para la formación para el trabajo?
  8. Es inexplicable que se considere como “subestimación de la formación humanística integral el hecho de hacer énfasis en las áreas instrumentales de lectura, escritura y matemáticas” (PEN, p. 18), sin apreciar que estas disciplinas constituyen las bases fundamentales que facilitan el acceso a cualquier formación incluida la humanista.
  9. Entre los planteamientos más comunes entre los grupos izquierdistas de las últimas décadas se encuentra a menudo la posición contra las “prédicas y prácticas eurocentristas” que se observa en el PEN (p. 19) sin reconocer que al lado de la indianidad y afroamericanismo se encuentra el euroamericanismo como parte de nuestras raíces históricas, étnicas y culturales.

Finalmente, es bueno aclarar que el Proyecto Educativo Nacional (1999), está vigente y que en el “ensayo” Aspectos Propositivos del Proyecto Educativo Nacional (2001), no se introdujeron cambios en relación con “la propuesta de sociedad y de país” (p. 3), del documento de 1999. Lo que se hizo fue introducir el “anclaje constitucional” que trata de encontrar armonía entre ambos documentos.

En este artículo, además de identificar aspectos peligrosos en documentos precursores del PEN y en la versión preliminar de éste de 1999, se destacan contradicciones entre lo que se dice o se escribe y lo que se hace, lo cual conduce a recordar que esa distancia se puede llegar a expresar “en la esfera política como crisis de legitimidad”, como lo señala el mismo PEN (p-18).

La mezcla, que no combinación, de la teología de liberación, la indianidad, el cimarronismo, con inspiración en Simón Bolívar, Marx, Gramsci y Habermas, que se trató de concretar en el Proyecto Educativo Nacional, produjo un documento confuso, incoherete y contradictorio que sirve de base a las acciones educativas concretas que sí revelan las preocupantes verdaderas intenciones.

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