! Quiéreme Busch!
Lo que hago es más porque me quieran que por quererlos. Con lágrimas de utilería – como es todo en el desgobiernito – les pido, si es necesario, rodilla en tierra: ¡que por favor me quieran y no me olviden!:
• Madres de la Plaza de Abril, Junio y Octubre: ¡quiéranme¡ ¡Zape con las de Blanco!
• Indígenas del Alto boliviano, misquitos de Nicaragua, guaraníes del Paraná : ¡quiéranme¡
• Mujeres solas e indefensas de todo el mundo: ¡quiéranme!… las puedo proteger en mi lecho de ausencias.
• Niños dignificados: ¡quiéranme!
• Cameruneses, haitianos, senegaleses y de Malí: ¡quiéranme!
• Chinos, rusos, libios, iraníes, chiítas y sunitas, jisbolistas: ¡quiéranme!
• Papa, mamá y hermanos divididos en el terruño electoral: ¡quiéranme!
• Pepetistas, comunistas, podemistas, animistas, rosacruces, evangélicos, budistas y masones: ¡quiéranme!
• Damnificados ecológicos. ¡quiéranme!
• Evo, Néstor, Rafael y el Obispo laico, y el hondureño de cuyo nombre no me acuerdo ya ¡Idolátrenme!
• Pueblo americano, surafricano y británico: ¡lo mismo pues!
A cambio de tanto amor que me brindan, les voy a ofrendar el sacrificio de una vida entera dedicada a que me sirva la magistratura, no cualquiera, la Primera, por siempre y para siempre, y unos cuantos barriles de petróleo del que es mío, pues. Refinerías Bolivarianas no les ofrezco porque se me acabaron, al menos que Rafael me tenga unas escondidas como regalo de navidad, porque mi cumpleaños ya pasó y sigo siendo el REY.
Por cierto centrales eléctricas como las que les regalé a los nicos orteguianos nada de nada porque los súbditos bolivarianos están gozando una bola y comiéndose una vela.
A pesar de mi corazón grande y tricontinental, me es difícil quererlos a todos, en realidad, a algunos los odio con frenesí, pero, necesito saberme querido, besado, admirado, reconocido, distinguido, amado, idolatrado, que me digan el sinigual, el ideal, el señero, el magnífico, el grandioso el insuperable, el Líder de Líderes, el único que puede con UDS, ¡no joda! no saben cuánto me cuesta que me atiendan, me obedezcan hagan algo de verdá verdá; pero ahora me da lo mismo, mientras el Padre Perdurable me quiera, no me importa que Vladimir, Obama, Nicolás, Zapa y la Michele no me paren más bolas, que no me quieran pues.
Él si me quiere, es puro amor ideológico, desinteresado, del bueno, de largo hablar como novios adolescentes, duermo abrazado a un osito viejito que se llama Castro como ÉL, no castrado, y le ruego a mi camarada Cristo que ¡Por favor ÉL nunca me deje de querer, porque me moriría en la silla de un Poder sin destino, sin ninguna significación universal.
¡Quiéranme todos, pero especialmente TÚ Busch ¡gran carajo! que te vas y no me tiras nada! ¡Nómbrame por favor antes de entregar la White House al negro ese que tampoco me obama!
¡Ya le tiraré besitos ardientes a la fría de Alaska! Que está más buena que todas las camaradas que me acompañan en mi Poder.
Nos vemos el domingo después de las carotas y la carne mechá, ¡la bendición mamá!