¿Quién es el responsable por el escándalo Granda? ¿Colombia o Venezuela?
La dialéctica de la confrontación vuelve a sacudir las relaciones diplomáticas Colombo-Venezolanas como resultado de la vergonzosa profundización del “escándalo Granda”.
Esta confusa diatriba, acabó con el clima de optimismo producido hace tan sólo poco tiempo, cuando después de los excelentes Encuentros Cumbres entre Chávez y Uribe, pudimos continuar viendo con esperanza el hecho de que se reunieran, el pasado mes de Diciembre, los Ministros de Defensa de Venezuela y Colombia, culminando las multiples postergaciones a esta reunión bi-nacional.
El encuentro de los máximos representantes militares de ambos países resultó inútil, ya que frustró las espectativas de aquellos que pensaron que se retornaría a la tan esperada cooperación entre los militares Venezolanos y Colombianos en la lucha contra el terrorismo que sacude por igual a poblaciones de ambos lados de la frontera.
Los ilusos pensaron que esa cooperación podría haberse dado. ¿Acaso el Presidente Chávez no habia jurado en Cartagena, antes de reunirse con el Presidente Uribe, que Venezuela no ayudaba a las FARC? La actitud agresiva de las autoridades venezolanas en defensa de Granda, demuestran todo lo contrario.
La “luna de miel” duro muy poco tiempo. El “ping-pong” de las acusaciones volvieron a cruzar la frontera, mientras que un diálogo de sordos y un incontable número de declaraciones contradictorias, parecían convertir a Rodrigo Granda en víctima y no en el acusado por representar la proyección internacional de unas guerrillas condenadas por la comunidad de naciones democráticas del mundo.
No se puede justificar la práctica de la “recompensa” como un premio para motivar a los delatores.El Ministro de Defensa de Colombia ha cometido un error al justificar el pago hecho a los informantes. Esa práctica –si bien se ha venido tolerando cada vez más en el ámbito internacional en la lucha contra los terroristas- utiliza metodos inmorales similares a los que se pretende combatir, hecho que ni puede ni debe justificarse.Existen otros mecanismos que deben cumplirse utilizando lo establecido por el Derecho Internacional.
Pero lo cierto es que si hay alguien que no debe hacer uso de esta denuncia en voz alta,es precisamente el alto gobierno venezolano. Sus reacciones desmedidas son muestra de torpezas, complicidades,contradicciones e irresponsabilidades.
Torpezas, como cuando intenta esconder un hecho mucho más grave que la práctica de la “recompensa” ofrecida por Colombia. El reconocimiento de la existencia de un grupo corrupto de altos funcionarios militares, policiales, y civiles venezolanos que actuaron sólo por obtener una recompensa económica, y no por convicciones patrióticas, al llevar al “Canciller” de las FARC hasta Cúcuta, ciertamente a quien deja muy mal es a Venezuela..
Complicidades, como cuando se constata que las autoridades venezolanas le otorgaron a Granda pasaporte venezolano, cédula de identidad venezolana, reconocimiento de su nueva nacionalidad publicada en Gaceta Oficial, inscripción en el registro electoral y muchos otros hechos sumanente comprometedores para las autoridades de la administración actual. Esa “nacionalización” que se le otorgó a Granda no es un hecho aislado. ¿Acaso no fue denunciado por Colombia cuando mostró su preocupación al destacar que tenia informaciones de que representantes de las guerrillas se habían beneficiado de las fraudulentas “nacionalizaciones express”? ¿Por qué no se tomó ninguna medida en respuesta a esta denuncia?
Irresponsabilidades, como la incapacidad demostrada por el Ministro deRelaciones Interiores y Justicia, Jesse Chacón, cuando declaró que no sabía que Granda estaba en Venezuela, ni que había sido invitado al Acto de intelectuales Bolivarianos, o cuando acusó de comportamiento ilegal a Granda alegando que se compra fácilmente en Cúcuta una cédula “chimba” venezolana. (!)
El mismo Presidente Chávez, en su mensaje anual pronunciado ante la Asamblea Nacional el 14 de enero, concluyó su intervención ante los legisladores, Ministros y diplomáticos presentes haciendo una acalorada intervención y profundizando aún más el “escándalo Granda”. Si bien en sus palabras iniciales exhonera al Presidente Uribe de toda responsabilidad, cuando afirmó, en un tono emocionado, que no cree que el Jefe de Estado Colombiano haya autorizado el pago de la recompensa, seguidamente se contradice al afirmar que retiraba a su Embajador de Colombia hasta que el Gobierno Colombiano “solicite disculpas y rectifique lo que ha hecho”.
El Presidente Chávez en su discursó continuó su dialéctica confrontacional afirmando, en tono amenazador, que ordenaba paralizar las relaciones económicas entre ambos países,y que decidía paralizar la construcción del oleoducto acordado entre ambos países, como si las relaciones económicas entre Estados pudieran manejarse como si fuera su propio pecunio.
Pero lo más grave es cuando al final de su intervención se refiere a la captura del guerrillero Granda comparándola con la de un eventual comando venezolano que el pudiera ordenar (pero que no lo hace) para traer de regreso a Venezuela a Pedro Carmona. La diferencia es que el ex-Presidente de Fedecámaras es una personalidad a quien Colombia le ha otorgado el asilo de conformidad a lo dispuesto por el Derecho Interamericano vigente, y mas específicamente por lo dispuesto en el articulo 4 de la Convención de Caracas sobre Derecho de Asilo suscrita en 1954.. ¿Acaso indirectamente Chávez al comparar la situación de Granda a la de Carmona le esta reconociendo un “derecho de asilo de facto” a un guerrillero? ¿Acaso esa vehemente defensa del “camarada Granda” no demuestra la verdadera vocación totalitaria del régimen?
Conociendo las dotes diplomáticas del Presidente Uribe, estamos seguros que responderá con la prudencia de un Estadista, la desesperada defensa del escandaloso “caso Granda” y la demostracion más palpable tanto para los venezolanos como para la opinión pública mundial que las FARC están presentes en Venezuela con propiedades, con respaldos y con plena protección.