¿Qué política de fronteras?
Es insólito que a los 8 años de gobierno se descubra que subsisten problemas fronterizos por resolver. Por un lado hemos visto como el canciller de Guyana anuncia que está por solucionarse la controversia histórica de la reclamación del territorio Esequibo, sin que los venezolanos sepamos sobre que base será esa solución. Lo extraño es que el tema salga de la boca de los representantes guyaneses, quienes siempre han guardado un cauto silencio en la materia, y eso por la simple razón de que mantienen de hecho la posesión del territorio en reclamación y todo es ganancia para su causa si el gobierno de Venezuela no reitera en el tiempo sus derechos sobre la totalidad o parte de ese territorio. Uno de los mecanismos que existen para que el silencio no se convierta en acquiesencia es precisamente la utilización del mecanismo de los buenos oficios auspiciado por las Naciones Unidas , que lamentablemente ha sido estado paralizado por la cancillería venezolana en los últimos tiempos.
En el caso de las delimitaciones y demarcaciones pendientes con Colombia la situación es diferente. En el Golfo, Venezuela la marina venezolana ha patrullado y suponemos sigue patrullando la porción del espacio de lo que ha sido tradicionalmente la posición venezolana en la delimitación de esas áreas marinas y submarinas, es decir la prolongación de la frontera terrestre hacia el mar. Por lo tanto de hecho estamos en posesión de ese espacio marítimo . ¿Quién tiene entonces interés en reabrir unas negociaciones en las que las posiciones de las partes son diametralmente opuestas? Colombia aspira- en principio- a que se aplique el método de la equidistancia lo cual conduciría a la –inadmisible penetración- de la jurisdicción colombiana por debajo del paralelo de Castilletes. Hemos podido observar que en las recientes declaraciones del canciller de Colombia éste afirmó que ellos no están listos para negociar y me pregunto: ¿ Acaso nosotros si lo estamos? ¿ Podremos imponer algo que los distintos gobiernos colombianos no han querido reconocer, al menos jurídicamente?.
Si lo que se pretende es rescatar lo que consideramos que nos pertenece y reafirmar la integridad soberana de Venezuela sobre su territorio sería entonces necesario ser coherentes y resolver la totalidad de los innumerables problemas fronterizos pendientes desde la Sierra de Montes de Oca hasta el Territorio Esequibo. Hay mucho territorio con Colombia que no está demarcado, amén de que vastas zonas fronterizas están virtualmente ocupadas por la guerrilla colombiana, quien es la única ley en esos espacios. Tampoco hemos resuelto el problema existente aguas arriba de nuestros ríos que están perdiendo cauce por las talas incontroladas que ocurren en territorio colombiano y que afectan negativamente la cuenca hidrográfica compartida.
Es cierto que en tiempos de globalización el concepto de frontera se diluye, sin embargo para que ello ocurra es necesario que cada estado, como lo hizo el Brasil en el siglo XIX , tenga claro cuales son los límites de su competencia territorial. Si bien sabemos que es un hábito del Gobierno actual criticar todo lo realizado en los gobiernos anteriores, es un hecho que no pueden desvirtuar, que en materia de delimitaciones marítimas es mucho lo que se avanzó gracias a la destacada labor, entre otros , de los Embajadores Andrés Aguilar e Isidro Morales Paúl, a quienes todos debemos agradecer que Venezuela tenga delimitada la mayor parte de sus fronteras marítimas y que en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se supo establecer la reservas necesarias para no debilitar nuestra posición en las delimitaciones pendientes.
La política exterior no es un oficio de diletantes, es una labor que requiere la contribución de muchos venezolanos a través del tiempo y el profesionalismo en el análisis y evaluación de las eventuales controversias que puedan surgir con los países vecinos. Para eso existió en el pasado la CARE ( Comisión Asesora de Relaciones Exteriores), disuelta en este régimen. En ese organismo integrado por los ex presidentes, ex cancilleres, representantes del parlamento y personas de alta competencia en la materia designadas por el ejecutivo se elaboraban los necesarios consensos para las principales decisiones en materia de política exterior.
No se debe permitir que un tema, tan sensible como el de las fronteras, sea convertido en un recurso político para afianzar el control del gobierno, sea cual quiera el que fuese, sobre su respectiva situación interna . También es una necesidad evitar que se caldeen innecesariamente los ánimos hasta el punto de crear condiciones que puedan generar conflictos bélicos.
Es importante clarificar, a fin de cuentas, de quién fue la idea de reabrir las negociaciones en el golfo de Venezuela porque no veo el interés que pueda tener Venezuela en hacerlo a menos que se esté seguro de que Colombia aceptará y suscribirá nuestra posición jurídica.