¿Qué pasó el miércoles al anochecer?
Nunca está más oscuro que cuando no vuelve la luz. Esta semana Chávez sintió un abismo bajo sus pies, supo que el socialismo de la manguangua lo estaba reemplazando el de la escasez, la inflación y la oscuridad. La suerte se agota, claro.
La tarde del miércoles comparaba por televisión el racionamiento eléctrico con la dieta para un obeso y a las pocas horas suspendía el racionamiento. ¿Por qué? Un ministro cargó con culpas ajenas porque Miraflores lleva años recibiendo advertencias de funcionarios chavistas sobre la crisis que se avecinaba.
¿Le advirtieron a Chávez este miércoles que los barrios de Caracas saldrían a la calle? Los mensajeros estallaban de furia cuando encontraban bancos cerrados, o sin línea. Quizá, el propio Ejército le recomendó suspender el racionamiento, alguien muy cercano le explicó que jugaba con fuego y ya se estaba quemando.
Hay años de lluvia y años de sequía. En el pasado, Edelca compensaba éstos últimos con el agua que había ahorrado en el Guri en los años de lluvia y utilizaba los aportes de Tacoa y de otras generadoras de electricidad.
La antigua compañía de electricidad de Caracas planificaba a largo plazo. El propio Chávez autorizó que la firma estadounidense AES la comprara y permitió que los nuevos dueños la exprimieran sin invertir un centavo en aumentar la generación de energía, como hacia en sus tiempos el Curro
Aguerrevere, cuando se planificaba las necesidades energéticas con décadas de anticipación.
Chávez pagó en efectivo a AES: después de tres años estatizada ya Tacoa no puede compensar las carencias del Guri. El desastre eléctrico lo ha provocado el antiparabiolismo, permitir que AES comprara La Electricidad de Caracas, estatizarla y administrarla peor que la propia AES. Somos víctimas de un centralismo mesiánico. Esta ha sido una crónica de un desastre anunciado.
Chávez declaró esta semana que al llegar al poder suspendió el plan eléctrico de los gobiernos anteriores, que se basaba en la construcción de más represas en el río Caroní. Puro cuento: en realidad Chávez se ha vanagloriado de inaugurar represas comenzadas en tiempos de Rafael Caldera.
Internacionalmente, Chávez también ha sido incoherente en el tema energético. A los países petroleros no les conviene alentar el reemplazo del petróleo. Ni Arabia Saudita o Kuwait pronunciaron discursos radicales en la reciente conferencia de Copenhague, no pidieron indirectamente limitar el uso del petróleo.
Ahora El CNE manipula los circuitos electorales, bajará el dólar permuta, soltarán trillones a la calle, subirán sueldos, les darán mucha plata a los empresarios que inventen falsas exportaciones, crearán zonas industriales como las que se volvieron hierro viejo en La Fría y en San Felipe, pero esta vez segundas partes serán tristes. En realidad a Chávez sólo lo salvaría la estupidez de algunos. Si la oposición se mantiene unida sólo es una cuestión
de tiempo el desenlace de este drama. Eso sí, voto a voto.
Nada de atajos estúpidos.
Necesitamos la salida democrática para que los chavistas duros se vuelvan antichavistas duros. Paciencia.
Frente a la crisis energética el Gobierno no ha dado una respuesta, como si bastara con discursos, con prometer repartir plata, para que se encienda la luz. ¿Qué pasó el miércoles al anochecer? Pero, recuerden, sólo voto a voto veremos la luz.