Opinión Nacional

¿Qué ampliación de derechos políticos del pueblo?

La pregunta que vamos a votar el próximo 15 de febrero nos pide aprobar una enmienda que “amplía los derechos políticos del pueblo” al permitir la reelección indefinida. Lo que habría que preguntar es ¿Cuáles derechos populares, los derechos populares de quién? ¡Del pueblo zoquete! Cómo se te ocurre preguntar semejante barbaridad. Es el pueblo el que va a elegir libremente a sus gobernantes y va a decidir si quiere que el mismo presidente siga gobernando. Nadie lo coacciona, por el contrario, aumenta su libertad y, en consecuencia, se amplían los derechos del pueblo.

Debo confesar que el argumento me parece sólido y creo que sería justo en un país en el que funcionara una democracia equilibrada, donde existieran poderes independientes y se respetaran los derechos de todos los ciudadanos, cualquiera fuera su pensamiento y su ideología. Pero eso no puede ocurrir en un país que camina hacia una sociedad comunista.

Por eso habría que preguntar si la ampliación de los “derechos políticos del pueblo” puede funcionar cuando:

1-El candidato a la reelección hace su campaña presidencial en cadena nacional.

2-Todos los poderes, la Asamblea, el CNE, el TSJ, la Fiscalía, la Contraloría y el Defensor del Pueblo están supeditados al candidato que se reelige.

3-Todos los cuerpos de seguridad, fuerzas armadas y policías, están dispuestos fielmente a reprimir y criminalizar a cualquier opositor.

4-Todas las instituciones del estado, con todos los recursos de PDVSA, con gandolas incluidas, están comprometidas en la campaña del candidato a la reelección.

5-El canal del estado de todos los venezolanos, junto a toda una red comunicacional, está al servicio de dicho candidato.

6-Grupos paramilitares reclutados entre criminales actúan impunemente amedrentando selectivamente a cualquier opositor y no son objeto de ningún tipo de investigación o sanción por los organismos de seguridad del estado.

7. Se coacciona y se hostiga a los empleados de la administración pública, obligándolos a firmar y marchar en contra de su voluntad.

8-Se condicionan los contratos de las gobernaciones, alcaldías y empresas del estado, empezando por la misma PDVSA, a “contribuciones” para la campaña electoral y al uso de sus trabajadores con franelas “rojas rojitas” en eventos de campaña.

9-Toda la gestión pública se mantiene en la oscuridad, sin que se publique cifras confiables para analizarla. Así los voceros de la revolución pueden hablar de los maravillosos logros de la misma sin que nadie pueda refutarlos.

En estas condiciones la pregunta se hace legítima: ¿De qué ampliación de derechos estamos hablando en un ambiente que se caracteriza por la falta de derechos? Y así aparece con crudeza la pelea que tendremos que dar el próximo 15 de febrero, una pelea por la democracia, la libertad, la justicia, la igualdad y la equidad.

Por fortuna contamos con las valientes voces del movimiento estudiantil y algunos medios impresos y audiovisuales que todavía sobreviven pertinaces. Un movimiento estudiantil al que se quiere criminalizar y acusar de violento e incendiario, cuando su prestigio lo ha ganado por luchar pacíficamente por una democracia que abra oportunidades y en la que quepamos todos.

Hago votos porque nuestro pueblo comprenda lo que está en juego y valore lo que nos queda de democracia. De lo contrario nos encaminamos a un sistema a la cubana en el que el presidente se reelegirá eternamente con el 98% de los votos.

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