Opinión Nacional

¿Puede la MUD cambiar?

En un país cuyo 60% del electorado vive en ranchos, 1,21 millones no saben leer ni escribir y la media educativa es de 6to grado, la izquierda y la derecha no son precisamente posturas ideológicas, sino sencillamente imágenes (visuales, acústicas y mentales) que llevan a la mayoría del electorado a tener prejuicios políticos. Por eso hoy en día el factor diferenciador es el mismo de hace 100 años, la percepción de elitesco. Entonces si usted tiene esa pinta, no importará si presenta la reforma económica de Raúl Castro que le acusarán de plantear un paquete neoliberal salvaje, pero si usted no parece elitesco, puede regalar 10 veces más dinero a Cuba que lo que le da a su pueblo en misiones y lo aplaudirán.

Esto se debe a que en política, igual que en mercadeo «percepción es igual a realidad», no importa lo que piense de sí mismo, en realidad importa lo que perciban los demás. Porque a fin de cuentas, la política consiste en convencer a esos «demás» de que «alguien» los puede liderar. La percepción es pues tan importante que los imagólogos, como escribió Milan Kundera: «han descubierto con cínico radicalismo, que la única realidad, es nuestra imagen a los ojos de los demás».

Esta percepción de la derecha y la izquierda, es vital para responder a la pregunta ¿Está la oposición invertebrada o sencillamente mal vertebrada? El problema, amigo lector, es que hemos pasado 14 años con prohibición de hablar sobre nosotros, so pena de ser considerados como enemigos y todas las promesas de revisión y gran dialogo nacional cada vez que perdimos y los grandes debates nacionales sobre el futuro de la MUD nunca se dieron, porque en el fondo la realidad sugiere una incógnita mayor ¿puede la MUD cambiar?

La respuesta es compleja. Si descomponemos el voto de la MUD tendremos que existe una minoría de radicales de izquierda que se han marchado del chavismo (+- 500 mil votos y que está aislada (me atrevo a decir incluso discriminada) por la mayoría de electores de la oposición. Luego tenemos a 2 millones de electores de las nuevas centroizquierdas, representadas en una «nueva» Acción Democrática (+- 800 mil votos) desvinculada y avergonzada de sus posturas programáticas originales (hoy reproducidas sin vergüenza por el PSUV) y su ultima fractura llamada Un Nuevo Tiempo (+- 1,2 millones de votos) cuyos fundadores y líderes son en su mayoría la juventud reformista de AD, lo que lleva a ese partido hacia la centroizquierda pragmática.

Después tenemos a otro grupo que está conformado por los electores copeyanos (+- 600 mil votos) y de las fracturas socialcristianas o de juventudes formadas por líderes y simpatizantes exsocialcristianos (+- 2 millones de votos) sumados estos a más de un millón de electores independientes que decantan su voto hacia la derecha (imagen conservadora), por ser de clase media profesional y sobre todo por estar aterrados de la izquierda revolucionaria. Por eso dentro de la MUD los movimientos «socialcristianos», «derecha», «humanistas» y «conservadores» son la fuerza ganadora, junto a una clase media aterrorizada por la «revolución» que conforma la alianza, el voto mayoritario y duro de la MUD.

Así pues y lógicamente por su composición, la MUD es en teoría un «Alianza electoral» de espectro amplio de partidos opositores, pero en la práctica electoral es un órgano del que emanarán los conservadores (derecha) porque electoralmente en la MUD esos conservadores son 3,5 millones y las izquierdas son 2,6 millones (y que lógicamente se detestan). Por lo que electoralmente jamás cambiará y políticamente jamás se integrará en un órgano viable para conseguir el poder por otra vía, que no sea gracias al debilitamiento del chavismo.

De esta manera y paradójicamente, el elector de nuevo se dividió durante 14 años, en el mismo sistema bipartidista de toda la vida. Por un lado el chavismo representando nada menos que los «ideales» (imagen visual, acústica y mental) de la vieja guardia adeca y por el otro lado la MUD sustituyendo nada menos que a Copei en la percepción del votante y por tanto, inequívocamente en ambos casos, en el prejuicio cognitivo de esos votantes. Y por eso es difícil que pueda cambiar, porque la MUD esta dominada electoralmente por un antichavismo que eclipsa cualquier propuesta o alternativa.
Lo que sí debería hacer la MUD es comenzar a hacer política. Dejar de contabilizarle al Gobierno las casas construidas o los kilos de pollos perdidos (porque a fin de cuentas, es hacerle propaganda buena o mala a los programas del régimen) y deben comenzar a explicarle al venezolano las cosas. Como bien dijo Churchill la «política es la habilidad de predecir lo que va a pasar mañana, la próxima semana, el próximo mes y el próximo año», si sucede, los votantes se acumularán de nuestra parte y si no, como también dijo Churchill «debemos tener la habilidad de explicar por qué no ocurrieron esas cosas». Que la MUD cambie o no, quizás no es lo importante, lo que necesitamos urgentemente son políticos que hagan verdadera política.

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