¿Pudreval o la Iglesia?
¿Está el régimen dispuesto a sacarse de encima la lepra de la leche envenenada y la malaria de los huevos podridos con actos de tanta resonancia como meterse en serio y a todo riesgo con la Iglesia? ¿Llegó el momento de soltar las caretas y mostrar el tripero fascista que Hugo Chávez, Diosdado Cabello, Cilia Flores y todos ellos llevan en sus entrañas? ¿O ya es demasiado tarde?.
A juzgar por la pasión con que salen al ruedo los personeros del régimen pretendiendo imponernos el tema de la agenda – LA IGLESIA – y sacar del primer plano de los medios el que ha dominado desde hace semanas y semanas – PUDREVAL – el escándalo de los containers, las ciento sesenta mil toneladas de alimentos y medicinas podridas, el guiso de alrededor de dos mil millones de dólares a costas del hambre y las enfermedades del pueblo ha tocado los propios esfínteres del Sr. Presidente. Por primera vez en once años, la agenda de las preocupaciones nacionales se le escapa de las manos para quedar en manos opositoras. Sin que haya hecho mucho por lograrlo: el más gordo de los peces gordos cayó solito. Hedía demasiado.
De allí el añejo truco del viejo prestidigitador: lanzar el anzuelo con la carnada de Urosa Savino, para provocar un terremoto político y desplazar del temario de las elecciones parlamentarias el escabroso e inmundo tema de los millones y millones de kilos de carne de res argentina, de pollos brasileños, de leche china y otras mercancías de primera necesidad usadas para el monstruoso, asqueroso y hediondo enriquecimiento ilícito del entorno de empresarios, testaferros, uniformados y funcionarios dedicados a llenarse las alforjas “para cuando llegue el carnaval”. ¡Importar, importar, que el chavismo se va a acabar!
Bien analizado el asunto, el problema pasa de castaño a oscuro para el chavismo, pues la grosería presidencial y los ataques a la iglesia – a este simple nivel declaratorio – no bastan para higienizar el pútrido ambiente generado por tanto alimento descompuesto. A no ser que la persecución religiosa se tome en serio y se convierta en furia auténtica, fascismo hitleriano y atentados violentos. De los que tampoco saldría limpio. Ningún venezolano, con dos dedos de frente y los bolsillos limpios se va a creer la requisa inquisitorial a los templos, el ataque a la alta jerarquía eclesiástica y el enfrentamiento puro y duro con el Vaticano si – ¡ y Dios no lo permita! – no pasa a mayores: ruptura de relaciones con el Papado, detención de Urosa Savino, ocupación de la catedral. En otras palabras: entrarle de lleno a la dictadura de los tontons macoutes. Como Fidel Castro.
¿Está el régimen dispuesto a sacarse de encima la lepra de la leche envenenada y la peste de los huevos podridos con actos de tanta resonancia como meterse en serio y a todo riesgo con las iglesias? ¿Llegó el momento de soltar las caretas y mostrar el tripero fascista que Hugo Chávez, Diosdado Cabello, Cilia Flores y todos ellos llevan en sus entrañas? ¿O ya es demasiado tarde y no queda más que limitarse al fascismo de los decretos leyes?
Esa es la cuestión. Tan mal se le viene el futuro inmediato al Sr. Presidente que dicho en criollo y en poquísimas palabras: o corre o se encarama. Llegó al abismo. Deje en paz al Cardenal Urosa Savino y no escupa al cielo: podría necesitarlo como en su momento a Monseñor Baltasar Porras.