Prontuario
¿Se regenera un delincuente? En muchos casos si, cuando el sistema carcelario reeduca hacia la rehabilitación y no es universidad del crimen como sucede en Venezuela. No es algo nuevo, ocurre desde hace décadas pero agudizado al máximo por este gobierno que privilegia a los pranes y les permite condiciones carcelarias similares a las de Pablo Escobar “el patrón del mal”. Incluso mejores porque hasta pueden salir de la cárcel cuando les provoca. Si partimos de que un delincuente continúa en ese camino torcido cuando no se le da la oportunidad de cambiar o no quiere abandonarlo, debemos concluir que aquellos que en tiempos no tan lejanos fueron secuestradores, atracadores de bancos y asesinos de policías pero hoy están en el gobierno, no han dejado de ser delincuentes porque no han renunciado a la ideología que justificaba esos medios.
Lo que nos ocupa y preocupa no es la corrupción de funcionarios públicos civiles y militares, modus vivendi de los socialistas del siglo XXI, sino de otra forma de delincuencia mucho menos sofisticada. El primer caso al que queremos referirnos es el de los motorizados o motociclistas. Decir que todos son delincuentes, sería injusto, pero la gran mayoría viola las normas de tránsito, abusa, atropella a peatones y automovilistas e irrespeta las luces de los semáforos. Otros, bastantes por cierto, son atracadores y asesinos en dos ruedas. Y todos, en conjunto, forman clanes o hermandades para callapear y casi linchar a quien tenga la desventura de atropellar a uno de ellos. Poco a poco se han ido transformado en los verdaderos dueños de las calles, avenidas y autopistas.
Hace algunos días centenares de motorizados se pusieron de acuerdo, con un poder de convocatoria que ya quisieran para si los gremios profesionales y los partidos políticos, y se congregaron para obstruir el tránsito desde Petare donde comenzó su protesta, hasta la Avenida Libertador frente a la policía de Chacao. Sus quejas fueron contra Indepabis por los altos costos de las motos y repuestos, y contra la Policía de Chacao por el monto de las multas. ¿Qué sucedió? Que el ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, se reunió con las diferentes asociaciones de motorizados y al concluir la reunión declaró: «Acordamos establecer, según explicó, varias mesas de trabajo que se reunirán todos los sábados y diseñarán una «eficiente campaña comunicacional», dirigida a crear conciencia en los motorizados y mejorar su imagen.
(El Nacional 07-09-13). Además del ministro, los manifestantes fueron recibidos por “Torquemada” Samán, presidente de Indepabis, quien les prometió resolver el problema especulativo que denunciaron.
Nadie en este país que actúe apegado a la ley y que realice actividades comerciales o industriales lícitas, ha logrado una atención similar por parte de las autoridades mencionadas y por ninguna otra. La reunión de Maduro con el propietario de las empresas Polar, fue un acontecimiento reseñado como si se tratara un aterrizaje en Marte porque para estos seudosocialistas que antes fueron encapuchados y asaltantes, todo aquel que gane dinero mediante su esfuerzo y con la inversión de recursos propios, es un enemigo político o sospechoso de serlo. Tampoco han logrado esa amable atención las organizaciones políticas, las que defienden los derechos humanos y ni que hablar de las víctimas de la violencia que se ha adueñado del país. Baste recordar que solo después de una prolongada huelga de hambre de estudiantes y profesores, fue cuando el ministerio de Educación Superior acepto discutir con la representación universitaria, los reclamos del sector.
El otro es caso al que queremos referirnos es el de los buhoneros. El gobierno ya no encuentra a quien echarle las culpas de la escasez de productos de primera necesidad y de la inflación galopante que asfixia a los venezolanos pobres y a la clase media. Es una conspiración del Imperio, del golpismo venezolano ayudado por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, de Henrique Capriles y María Corina Machado, del partido Primero Justicia o de la burguesía apátrida. Se crean comisiones, comandos, unidades, batallones y demás fantasías del léxico heredado del Comandante luminoso y eterno -verdadero causante de este desastre- para combatir la especulación y apresar a los especuladores. Se realizan allanamientos y decomisos en las fábricas de alimentos y bebidas, multan y cierran supermercados. Pero frente a la mirada impávida de ese mismo gobierno que reprime a la gente decente y a los empresarios honestos, están los buhoneros desplegando impunemente los artículos de primera necesidad que acaparan y luego venden cuatro o cinco veces por encima del precio.
Para dar sólo una idea del poder que han alcanzado quienes comercian y se enriquecen al margen de la ley y a costa del padecimiento del pueblo, mencionemos la protesta de los maleteros o bachaqueros es decir los contrabandistas de alimentos y otros insumos hacia Colombia, que el jueves 5 de septiembre bloquearon los puentes internacionales que comunican a San Antonio y Ureña con el Norte de Santander e incluso quemaron dos vehículos. La causa de la protesta: las requisas y retenciones por parte de la Guardia Nacional y el decomiso de algunas de sus motocicletas. ¿Habrá otro caso en cualquier país normal en que unos contrabandistas tengan el valor de protestar porque no les permiten seguir delinquiendo? La pregunta es quien o quiénes se lo permitían antes, hasta el punto de hacerles creer que contrabandear es un derecho adquirido.
Visto lo anterior no hay que sorprenderse por el auge de la criminalidad en el país. Lo que fue actividad normal teñida de monserga ideológica en esos que hace años atracaban bancos, secuestraban a personas y asesinaban a pasajeros de trenes vacacionales y a humildes policías, no ha dejado de ser conducta legítima ahora cuando asaltaron el poder. Así se entienden muchas cosas.