Profundización o retroceso democrático
En la contemporaneidad en la que nos corresponde actuar mezclada de múltiples factores de orden económico, tecnológico, ideológico, cultural y político sumergidos en la globalización de la democracia, de los derechos humanos, medios de comunicación y mercado, no deja de asombrarnos ver el laboratorio y experimentación permanente en que se ha convertido la Venezuela bajo la conducción del presidente Chávez.
Los ensayos y experimentos no tienen porque se considerados de entrada y per se como algo malo o nocivo, pues en determinadas circunstancias han permitido cambiar, mejorar, avanzar. Sin embargo, muy por el contrario los experimentos a los que hemos sido sometidos e impuestos los venezolanos no sólo no tienen parangón en la historia contemporánea de Venezuela, sino además, están representando un costo en ciertos casos y un daño en otros.
El prorrateo y saldo final es un país y sociedad burlada, irrespetada y manipulada por una bagatela de ideas sin basamento y correlatos, en una suerte de novela tragicómica que muestra como resultados un deterioro de los estándares de vida, la acentuación de la inseguridad, la criminalidad, la miseria, la corrupción y el nacimiento de una horda de políticos indocumentados, facinerosos y corruptos que asumió a la política como trafico y mercadería y esa horda y camada que tanto se jacta de repetir la nueva ideología y supuesta creación divina del presidente Chávez “El Socialismo del Siglo XXI” no hace más que depredar los dineros públicos y la implantación de redes y negociados que no tienen ningún elemento de bondad, servicio, altruismo y humanismo.
El problema medular de los ensayos del presidente Chávez repito tienen enormes costos, entre ellos, el fomento y exportación de la llamada revolución a escala hemisférica dilapidado recursos en todos los países de América Latina y el Caribe mientras la miseria y mengua abundan en nuestro país. Sin embargo, el daño es mayor, se expresa en el retroceso sostenido de nuestras instituciones, nuestros procedimientos, nuestra cultura y calidad del entramado democrático y el propio Estado de Derecho, en su lugar emergen unas lógicas reñidas con un verdadero “espíritu y quehacer democrático” que propugnan un régimen de corto decimonónico, militarista, fascista, personalista y absolutista.
Este país ha transitado por diversas vías, caminos y experiencias algunas con saldos positivos, otras con costos en muchos órdenes, pero jamás habíamos recorrido los caminos del odio, de la desunión, del irrespeto a la disidencia, al que piensa distinto, el desconocimiento de la propiedad privada, la invasión, confiscación y expropiación como quinta esencia del régimen, el amedentramiento de medios de comunicación social, y desconocimiento y menoscabo del régimen de libertades que permitieron precisamente que el Tcnel ex golpista Hugo Rafael Chávez Frías luego de un intento de golpe de Estado llegará al poder por la vía electoral y democrática.
Nadie puede desconocer que a partir de la elección del presidente Chávez se ha transferido de alguna manera poder a los ciudadanos, por ello se habla de empoderamiento, asimismo, nadie desconoce ciertos beneficios y alcances de las misiones pero la sociedad venezolana requiere más que programas coyunturales unas autenticas políticas publicas y programas de gobierno que permitan que el país y sus nacionales, aprovechen el boom petrolero y los recursos que este genera para reinvertir, formar recursos humanos, producir y consolidar una infraestructura hospitalaria, carreteras, plantas físicas en todo el territorio nacional. Hoy el país luego de casi una década de experimentos muestra un claro retroceso en muchos órdenes que costará mucho revertir por el daño causado al mismo, a su sociedad, instituciones, finanzas, recursos y a los venezolanos.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes E-mail: