Proceder fraudulento
Chávez y sus acólitos acusan a la disidencia que va a cantar fraude la noche del 26 de septiembre. Nada más falso. Lo que estamos denunciando desde que comenzó la campaña es un proceder fraudulento, cada día más abierto y grosero, del oficialismo y a su cabeza el autócrata; el señalamiento de un proceder abusivo de los recursos del Estado puestos al servicio del único candidato que tienen: el propio Chávez. Este es el hecho irrefutable.
Basta recorrer al país y encontrarse con el hipercandidato cuya efigie “adorna” a todo el territorio nacional. Esos afiches opacan a unos candidatos clandestinos cuyos nombres se desconocen. Son “fantasmas”. Para eso está el “ciudadano” que es jefe del Estado, que tiene todos los poderes en sus manos, que tiene a la fuerza armada en un puño y que, fíjense en este “pequeñísimo detalle”, maneja la Hacienda Nacional como que si fuera de su propiedad. Ese ciudadano tiene prohibida por la Constitución, como todo funcionario público, inclinarse por una parcialidad. En su caso él ha asumido, por su cuenta y riesgo, encarnar los 165 diputados.
Denunciamos, de igual manera, lo perverso del sistema electoral. Cuando cambió la Ley Electoral y modificó al Consejo Nacional Electoral con sus CUATRO damas lo hizo no por fuerte sino por débil. Creó un sistema perverso que adultera la representación de los estados. La modificación se traduce en que para obtener un diputado en Caracas y otras regiones, las más pobladas, se requieren más de 300 mil votos y en Delta Amacuro, para citar un caso, sólo 20 mil.
Hemos asumido la ruta electoral, el camino constitucional, democrático, electoral y pacífico. El instrumento escogido es el de la unidad, la clave, entonces, es la unidad y se insiste en que esa unidad no es sólo para el 26S sino también para después, para el 2012 y para garantizar gobernar con unidad, ya que el cemento de esa unidad es la convicción de que los problemas que se herederán del chavismo son profundos y muy extensos y por tanto ni un solo hombre, ni un solo partido, ni un solo sector social será capaz de enfrentarlos con éxito. Reconstruir el aparato productivo, reconstruir las instituciones, reencontrar a los venezolanos y venezolanas y desterrar el odio y hacer, en fin, que la sociedad venezolana funcione democráticamente, civilizadamente, respetándonos y participando en el debate con un Estado de Derecho, con Justicia, es el reto de las generaciones presentes y futuras.
El 26S se decidirá gran parte de la suerte de Venezuela,. Hay que salvar a Venezuela de este desastre en que se encuentra. Existen condiciones y fuerzas unidas capaces de vencer. Y vencerán.
Hay que pensar en la noche del 26S y en la madrugada del 27. Pero dejemos en claro que participamos en unas elecciones en condiciones desventajosas. No estamos en presencia de un torneo cívico.