Primarias civilistas
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La exitosa realización de las primarias de la oposición tiene una lectura democrática más allá la alianza perfecta que surgió para enfrentar al chavismo el próximo 26 de septiembre.
Organizadas por la Mesa de la Unidad (MUD), estos comicios se planificaron y ejecutaron bajo parámetros estrictamente civilistas porque desde las reglas de participación hasta el conteo de los votos y el reconocimiento de los ganadores, el proceso fue conducido en su totalidad por ciudadanos nombrados por consenso de las organizaciones políticas, sin interferencia de terceros, aunque el gobierno nacional intentó subrepticiamente varios Recursos de Amparo.
En las primarias de la oposición, hubo participación mínima del mundo militar, estamento al cual sólo se le asignó – y cumplió – la tarea de guardián de la seguridad del proceso, y también del Poder Electoral, el cual se limitó a proporcionar la infraestructura logística para la votación.
Acostumbrados como estábamos a que los militares se inmiscuyeran ilegalmente en las votaciones, entorpeciendo en algunos casos el derecho de los votantes e impidiendo la verificación de los conteos, su papel en las primarias se redujo a la tarea que deben cumplir en todo proceso electoral: de resguardo de la seguridad del material electoral y de las personas. Nada más.
En cuanto al Poder Electoral, el árbitro que en cada elección juega abiertamente a favor del gobierno nacional, permitiendo excesos al Presidente y creando procedimientos arbitrarios (caso las firmas del referendo presidencial del 2004), esta vez también se restringió a ejercer el papel de institución de apoyo mediante la prestación de las máquinas de votación. Nada más.
El manejo del material electoral, los cuadernos de votación, quedaron bajo el resguardo seguro de la MUD, que ahora los eliminará para proteger a los electores. Y el conteo de los votos también correspondió a las autoridades nombradas por la Mesa Electoral, la cual reconoció a los triunfadores sin pizca de impugnaciones.
Las primarias de la oposición constituyeron un proceso eminentemente civil, limpio, trasparente. Evidenció que los ciudadanos quienes tienen la capacidad para organizarlas sin yugo alguno de un Consejo Electoral que actúa en sentido contrario, tratando trata de bloquear la participación de los presos políticos y permitiendo la intromisión descarada del Presidente de la República a favor de sus candidatos, bajo la excusa ilegal de que ejerce la presidencia del PSUV.