Pre-majunche el que te conté
Qué clase de ejemplo nos puede dar un presidente que -sin reserva alguna- tilda de pre majunches a los posibles precandidatos que le saldrán al paso en la próxima contienda electoral. Su liderazgo, su carisma y su accionar, deben ser dignos de copiar. Debería ser un ejemplo. Los valores de una nación están llamados a tener su máximo defensor en quien comanda los destinos de ella. El respeto y la tolerancia no forman parte del inventario de cualidades de nuestro presidente.
La majestad presidencial se mancha de bajezas cuando usted mismo decide mancharla con esa conducta indecorosa y soez. La majestad presidencial requiere de altura verbal. Usted no puede hablar como habla en un medio que llega a todos los rincones del país. Usted, señor presidente, está contribuyendo a que mis hijos no entiendan como actuar en la vida, pues su enseñanza –malísima por cierto- compite con lo que tratamos de inculcarles los maestros y la familia.
Entérese señor presidente-comandante que la sociedad civil se apresta a elegir a su candidato único por la vía más democrática que existe: una votación universal, directa y secreta. Sepa también que por formulas parecidas escogeremos a nuestros candidatos a gobernadores, en tanto que usted, con la boca llena de democracia y de pueblo, le impone al país su enferma candidatura y levanta el dedo para decidir quiénes serán sus aspirantes a gobernadores. Este pueblo ya conoce sus maneras y su socialismo de imposiciones. Hasta sus seguidores comienzan a pedir democracia.
Venezuela aspira por algo mejor. La mejor Venezuela, manejada por sus mejores hombres. La Venezuela posible, que sueña con progreso, paz y bienestar. La Venezuela bien hablada, que tanto aspiramos está en camino. Trabajamos para formarla, activamente, un grupo de venezolanos que ya no quiere escuchar este idioma de guerra. Oleadas de votos silenciosos, aguardan el momento preciso para enseñarle de que tamaño es nuestra decepción. Basta de planes futuros e ineficiencia y corrupción presentes. Basta de un presidente que se hace el ciego y sordo ante los problemas y nos vende este país como si todo fuera maravilloso. Basta de esta revolución de pacotilla. Basta de este irrespeto para con los ciudadanos de un país.
Sueño con el año que viene, tal como lo soñamos una inmensa cantidad de venezolanos que hace rato que dejamos de reír sus maneras. Sueño con la cierta posibilidad de despertar un día sin tener que escuchar sus groserías. Este sueño lo haremos realidad los venezolanos que usted llama pueblo y trata como tropa.
Perez Reverte, un izquierdista español, le escribió al presidente Zapatero, dias atrás: “Más miedo me da un imbécil, que un malvado”. No lo digo yo, lo dijo él. Nos vemos en octubre del año que viene.
Enrique Pereira