Opinión Nacional

Postmodernismo

Hoy en día, en la red de redes, existen más de mil millones de páginas web,
agregándose diariamente alrededor de tres millones de páginas más. Impacta
saber de estas cifras, pero esa es la característica de esta nueva era
mundial. La sociedad postmoderna –categoría creada por la nueva
intelectualidad globalizadora– surge como consecuencia del Nuevo Orden
Internacional (NOI) y la economía basada en el capitalismo más radical de la
historia. Destaca como nunca antes la necesidad de producir y consumir
conocimientos. Los medios, conductores y distribuidores de los nuevos
elementos tecnológicos, se consolidan como la punta de lanza del NOI. En el
campo de la informática, que es la revolución de la tecnología de la
información, entre 1995 y 2000 la inversión en equipos y software se
triplicó, pasando de 243 mil millones de dólares a 610 mil millones. Cifra
que seguirá incrementándose a una rata de crecimiento cerca de 50%
interanual por su impulso rentable y de rápida expansión en el área de la
investigación y la innovación.

La nueva sociedad postmoderna es la sociedad de la “ecología artificial”.

Concepto que en contraposición al de la ecología natural, se emplea para
significar la relación que se da entre el conjunto de instrumentos técnicos
y su articulación casi orgánica al hombre. Simbiosis que produce la prótesis
generalizada de la sociedad, es decir los instrumentos técnicos forman parte
del ser humano.

La sociedad postmoderna postula el fin de la historia y la desaparición de
los sistemas ideológicos. Postura pro-globalizadora que no compartimos y que
se cae por su obtusa justificación. En si mismo, el postmodernismo tiene una
explicación fundada en conjuntos de ideas que definen las relaciones
sociales de las estructuras instituidas por la sociedad.

El postmodernismo es la ideología de la nueva sociedad global. Se encuentra
inmerso en filosofías como el individualismo y el pragmatismo que son el
germen conceptual del usufructo del poder y el clientelismo político.

Desecha la utopía, destierra la importancia espiritual del ser humano e
ignora la búsqueda del bien común por parte del colectivo. La esencia del
ser se sustituye por la técnica y la ciencia. Tiende a la fragmentación de
los hechos sociales para dar lugar a la heterogeneidad pragmática. El
pensamiento postmoderno del NOI trae consigo la pérdida de los sueños, las
esperanzas, la moral y la ética. No respalda la tesis del estado-nación y se
orienta por la gobernabilidad única del mundo, juicio fundamental del
imperialismo. Plantea la desaparición del nacionalismo e ignora la
autodeterminación y soberanía de los pueblos. Rechaza al marxismo, como
también a toda corriente revolucionaria, socialista y comunitaria. Destaca
la obsolecencia de las categorías sociopolíticas de izquierda y derecha –-a
mi juicio, hoy más vigente que durante el período de la guerra fría. Además,
lo cotidiano de lo postmoderno descansa en la moda, el culto al cuerpo, la
preponderancia de la imagen y la fascinación por el uso personal del poder.

La sociedad postmoderna absorbió el espacio vacante que había dejado la
izquierda reformista. Sectores del capital se aliaron con el Estado y el
poder hegemónico mundial para derrotar a las clases populares y se impuso el
neoliberalismo. Con el triunfo de este modelo y el retroceso de la clase
trabajadora se le dio paso al postmarxismo. Postura ideológica de moda
asumida por políticos, ideólogos capitalistas, tecnócratas y marxistas
revisionistas. El punto de partida del postmarxismo es la crítica al
marxismo y, asumiendo el NOI, proclama también el fin de las ideologías.

Postmodernidad y postmarxismo, engendros de los ideólogos del mundo
globalizado de hoy, pretenden anular la posibilidad de la revolución. Los
adictos a estas posiciones pro-imperialistas, sostienen que la única
revolución posible ante la realidad del NOI es la de la tecnología de la
información. Y ante hechos tan relevantes y contundentes como los datos que
arroja la ecología artificial estas posiciones políticas han creado en la
izquierda revolucionaria dudas y confusión. Revisionismo y desvíos han
atentado contra los postulados de los ideales revolucionarios,
desmoralizando y generando contradicciones en quienes han luchado por ellos.

Procede, por lo tanto, sincerar la situación de la izquierda. Adentrarse en
la renovación de sus postulados ideológicos y producir una profunda
reflexión sobre puntos de referencia, valores y alternativas. Inventar la
nueva praxis de la izquierda en el mundo postmoderno. Reiterar lo que tanto
se ha predicado como lo es diferenciar entre reforma y revolución. Asumir si
titubeos los postulados de la revolución bolivariana, por ejemplo, como
paradigma anti-imperial. Punto de partida para asumir la nueva era de la
revolución en el mundo global. Demostrar en la práctica que el mundo
postmoderno no es tal. Es solo el modo de vida del imperio para sus
acólitos, pero nunca para los luchadores por la justicia, la igualdad y la
emancipación de los pueblos.

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