Porque me Llamo León
Fedro escribió una fábula titulada El León en Sociedad con la Vaca, la Cabra y la Oveja. En ella cuenta como una vaca, una cabra y una oveja formaron sociedad con un león para obtener provecho en la selva. La presa cazada fue dividida en cuatro partes por el león. Éste tomo para sí la primera alegando que se llamaba león (quia nominor leo); la segunda porque era el socio más fuerte de los cuatro; la tercera porque, según él, valía más que sus tres socias y la cuarta también se la apropió advirtiendo que quien osara tocarla sufriría las consecuencias.
Victor Hugo, en (%=Link(«http://www.bibliomania.com/0/0/248/1048/frameset.html»,»Notre-Dame de Paris»)%), refiriéndose a las palabras de Fedro, nos dice:
«En el origen, y durante todo el transcurso de la bendita edad de la ignorancia, el despotismo reina inocentemente, espléndidamente, es el del derecho del más fuerte, sin pensar ni siquiera por un minuto en tomar de la filosofía el ornato metafísico de un suplemento de derecho. Con el hecho le basta. Soy porque soy, quia nominor leo«.
Hace cerca de seis años, los venezolanos, en mayoría electoral, formaron una sociedad con Hugo Chávez para obtener el provecho de un país más justo. Muy pronto, el teniente coronel procedió a las divisiones. Se reservó la parte más importante porque era quien era, por llamarse Hugo, el paladín de la revolución, quia nominor leo. Otra parte se la tomó por ser el más fuerte, por tener las armas, los cañones, los tanques, los misiles. Una más porque consideraba – y sigue considerando dentro de su narcisismo histriónico – que tenía más valor que todos los venezolanos, por ser el elegido, el Mahdi criollo. Por último advirtió –lo que reitera diariamente encadenado – que quien osara contradecirle sería castigado implacablemente por la revolución.
En esas sociedades con leones, en las que siempre salen perdiendo los más débiles, hay, sin embargo, carneros que también quieren llamarse leones. Cito sólo el ejemplo del trisoleado general García Carneiro. Recientemente dijo que el había ordenado publicar los avisos de recompensa de 50 millones de bolívares a quien delatara a unos oficiales porque el era el Ministro de la Defensa y porque no había nada en la Constitución que se lo prohibiera. ¡Metamorfosis de carnero a cachorro de león! Quia ovis in leonem verteor.