Opinión Nacional

Pornopolítica chavista

Así como la pornografía es la degeneración del erotismo, podríamos llamar pornopolítica a la tendencia de los poderosos a confundir lo privado y lo público para regodearse en la impudicia y el abuso.

La política tiene una dimensión pedagógica. No se hace política sin transmitir valores o antivalores. Cuando el político olvida que su oficio sirve de modelo a los ciudadanos se convierte en irresponsable. Comportarse en público sin ninguna moderación, sin sujeción a las formas más elementales y usar un lenguaje procaz, hacen del político un pornógrafo.

En Venezuela hemos vivido ocho años y medio de pornografía política. Desde aquel no juramento de febrero de 1999 en el cual Chávez llamó moribunda a la Constitución que debía respetar, hasta la actual propuesta de “reforma” de la Constitución que ha hecho sin seguir el procedimiento pertinente.

El pacto no escrito, que acaba de revelar su ex-esposa Marisabel Rodríguez, mediante un millonario aviso en el diario Ultimas Noticias, según el cual ella seguiría presidiendo la Fundación del Niño, habla de cómo el caudillo confunde lo público con lo privado. Divorciada de Chávez en 2003 y casada nuevamente con su entrenador de tenis, Sergio González, Marisabel Rodríguez considera que tiene que seguir administrando los bienes de la Fundación, iniciada por doña Menca de Leoni, que han presidido las esposas del Presidente de la República.

Risibles son sus quejas sobre una especie de once de abril “guardando las distancias” que Chávez le habría propinado para sacarla de un cargo que manejaba en los últimos años de muy bajo perfil. Lo que le corresponde a Marisabel Rodríguez es entregar las cuentas de su larga gestión y explicar cómo ha dispuesto de los ingresos del Duty Free de Maiquetía, por ejemplo.

Así como aquella vez, en un día de los enamorados, Chavéz gritó: “¡Marisabel, ahora te doy lo tuyo!”. Hoy no ha hecho otra cosa. Así le paga Chávez a todos. Tarde o temprano termina vejando, insultando y apartando a sus colaboradores. Pero, seguramente, Marisabel no queda en la calle, como todo antiguo alto funcionario chavista tendrá de qué vivir. Pasó de ser una humilde locutora a ex del Primer Locutor Nacional.

Es que la pornopolítica se manifiesta en la corrupción ilimitada del régimen. Haber obtenido Venezuela, de nuevo, uno de los últimos lugares en la encuesta de Transparencia Internacional, como uno de los países más corruptos del planeta muestra que el verdadero objetivo de esta revolucioncita es enriquecer a sus jefes.

Y se hace con descaro. Para ello ha desaparecido la Contraloría General. Ahora el contralor no existe. Nadie sabe de él. ¿Alguien conoce de su investigación sobre la grosera maleta de 800.000 dólares llevada por el empresario chavista Antonini a Buenos Aires en compañía de funcionarios de Pdvsa?

Se creó la Contraloría Social para que las comunidades denunciaran irregularidades en las obras públicas o en la gestión de los funcionarios pero como no existe la Contraloría General de la República sus tareas son irrelevantes. Los militantes de base del chavismo no pueden hacer nada contra las mafias que se apoderan de empresas estatales, misiones y cooperativas. Ven atónitos como los carros de lujo (BMW, Audi, Hummer) son incorporados a la iconología (y al patrimonio) de los revolucionarios.

Chávez no sólo ha permitido a su ex demostrar sus dotes de administradora, sino que en un ejercicio inaudito de nepotismo ha hecho elegir a su papá gobernador del estado Barinas, nombrar a su hermano Argenis secretario todopoderoso de la misma gobernación, a su otro hermano Aníbal alcalde de Sabaneta, la patria chica. Otro hermano dirigió la fiesta de la Copa América y recibió con alborozo a la selección gringa en la ciudad marquesa. El hermanísimo Adán, después de ser aleccionado en la esclavizada Cuba, implementa el socialismo del siglo XXI en los jardines de infancia porque “Bolívar fue socialista”.

La lista nepótica continúa con un primo, Asdrúbal, vicepresidente de Pdvsa, comisario del bicéfalo (presidente y ministro) Rafael Ramírez, el mismo que en un acto de adulación infinita dijo que “Pdvsa es roja-rojita”. Y no conforme con eso, ha hecho pintar los grandes tanques de la refinerías con semejante tontería. Hoy Pdvsa es una amalgama de programas que nada tienen que ver con su función primordial de explorar, producir y negociar petróleo. Además, los rojo-rojitos, han mostrado su incapacidad hasta para mentir: la OPEP le cuadró sus cuentas al ordenarle bajar la producción en más de 750.000 barriles diarios. ¿Y por qué Venezuela no protestó? Sencillo, es falso que producía 3,2 millones.

Pornopolítica también es que el vicepresidente de la República tenga como única tarea la construcción de un nuevo partido oficialista, el PUS, gastando dineros y recursos públicos en tal tarea. Que Jorge Rodríguez haya pasado de organizar los fraudes electorales a crear un partido que antes de constituirse ya ha sancionado a algunos aspirantes a militar en sus filas, habla de cómo se desprecia “la mejor Constitución del mundo”.

La revolución humanista, que quieren ver los ingenuos turistas de mochila y los vivos intelectuales negadores de la caída del muro de Berlín, tuvo su clímax en el programa de televisión “La Hojilla” en su emisión del 12 de septiembre de 2006. Allí Chávez, en medio de la campaña electoral, prometió sodomizar a los candidatos de oposición, recordando los juegos infantiles “rojo” y “piragua”.

Esa intervención bastaría para demostrar su concepción pornográfica de la política y su desprecio por todos los venezolanos.

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