Por sus obras lo conoceréis
Luego de la apabullante “anestesia electoral” del 07 de octubre, que ha hecho a muchos repensar su futuro y a otros con hacer las maletas, yo les digo que no cunda el pánico. El chavismo durará el tiempo que dure su líder, ya que los caudillos carecen de sucesores. Y si los “tiempos de Dios son perfectos”, y el desgaste político no pasa en vano, pronto éste accidente pasará.
Dice en la Biblia que: “por sus obras los conoceréis”. Todavía hay gente en Venezuela que considera a Chávez como un demócrata de viejo cuño cuando en realidad su arribo a la política nacional fue precisamente a través de un Golpe de Estado para derribar la Democracia (04 de febrero de 1992). Es decir, Chávez como tal, no cree en una Democracia plural y que ofrezca alternabilidad en las esferas del Poder. Además, en esto Chávez ha sido meridianamente claro: la “Revolución”, es decir, él mismo, vino para quedarse. Su inspiración y emulo político no es otro que el barbudo Fidel y su malograda “Revolución Cubana” (1959).
Chávez ha dinamitado la poca institucionalidad preexistente y ha impuesto un sistema de lealtades, un tanto perverso, a espaldas del orden jurídico legal, constitucional. Las leyes se utilizan discrecionalmente y el régimen de libertades termina restringiéndose. Sólo se hacen algunas concesiones a una disidencia simbólica con tal de evitar la condena internacional y la insurrección interna. Todo el descontento queda canalizado dentro del status quo creado, incluso, con la complicidad abierta o velada, de las mismas organizaciones políticas que le son adversas.
Hubiese sido un suicidio anunciar el fraude electoral sin contar las pruebas para demostrarlo, o hacer un llamado a una resistencia cívica y pacífica sin plan ni convenimiento y tener que hacer frente a los extremistas del otro lado muy bien armados, o ante una Fuerza Armada acompañada de la Reserva chavista defendido el satus quo que le beneficia. Aquí entra a cuento aquello de: “revolución pacífica aunque armada”.
Es algo poco común ver “ganar” siempre a un líder cuya ejecutoria gubernamental es poco menos que mediocre, cuyas promesas por lo general siempre terminan en un saco roto. Lo que sí está claro es que Chávez representa una ambición de Poder como pocas veces se ha visto en nuestra historia nacional y republicana, y en ese sentido, el traje estrecho de una Democracia con independencia de poderes, siempre le parecerá inconveniente.