Política en futuro
El primero de marzo pasado Nicomedes Zuloaga hubiera cumplido ochenta y un años. Hace casi un año que nos dejó, pero su pensamiento está cada día más vigente.
Acabo de releer su libro «Política en pretérito». Con prólogo de Plinio Apuleyo Mendoza, el libro, junto a «Del buen salvaje al buen revolucionario» de Carlos Rangel, constituye la columna vertebral del pensamiento liberal en Venezuela y una suerte de oráculo del destino de nuestro país. Porque sus apreciaciones, recogidas en el período que va desde 1959 hasta 2000, resultan más bien predicciones, más reales y más patentes a medida que el tiempo avanza.
Nicomedes Zuloaga estaba convencido de lo erradas que han sido las políticas de gobierno y lo inconveniente que ha resultado la ausencia total de políticas de Estado. Un país sin políticas de Estado es un barco a la deriva. Y hoy estaría aún más angustiado de ver el rumbo que se le quiere dar al país, los llamados cinco motores del «socialismo del siglo XXI», apoyado en una supuesta «mayoría» electoral que no alcanzó ni el 50% de la población. En vez de ir hacia adelante, vamos para atrás. Nicomedes Zuloaga no tuvo miedo de exponer sus ideas liberales. Total, la historia es un compendio de muchas experiencias liberales exitosas y de los fracasos de todas las experiencias socialistas.
«Tienen un gran empeño en ponernos la etiqueta de «neoliberales» a quienes defendemos la economía racional. Los emotivos neomercantilistas no se bastan por sí solos… Tienen que continuar embruteciendo la razón y avivando la emoción de los electores, porque de lo contrario ellos podrían comenzar a razonar antes de votar. Como han razonados los electores de otros pueblos que ya no comulgan con ruedas de molino… No más experimentos de planificación tomando como excusa nuestro subdesarrollo. Que tan subdesarrollada como Venezuela era Cuba, que ahora se debate en la miseria provocada precisamente por la planificación. Que abran bien los ojos los empresarios venezolanos… Que se dediquen a defender al sistema y no al bolsillo. Porque «De La Habana viene un buque…» Viene despacio, pero viene.»
La fecha de este artículo es 25 de agosto de 1962… ¿Dejá vu?…
«La historia nos muestra períodos fecundos y creadores en los cuales la sociedad se ha erigido sobre el respeto a la libertad y a la acción individual» escribió.
También estaba convencido de que el éxito de los países radica en la creación de riquezas, no en la redistribución de las mismas. «El desarrollo no es financiable», escribió en 1990. «Los países de la OPEP siguen siendo subdesarrollados aunque naden en petrodólares»… ¿quién puede negar esto?…
Nico pensaba que la historia no es sino política en pretérito, y la escriben siempre los que ganan. Los que ganan en términos de poder, por supuesto. Quiso mantener y explicar los puntos de vista de los que no ganan, de las minorías a las que siempre perteneció. Con estos valientes y lúcidos escritos nos demostró que los que ganan no son necesariamente los mejores. Ojalá que algún día sirvan como pivotes de una historia de prosperidad, o dicho en sus propias palabras, bases de una «Política en futuro».