Opinión Nacional

Podredumbre y magia negra

La podredumbre dentro de la que se aproxima a su término la experiencia revolucionaria iniciada en 1999, hará historia patria, pero penosa. Nada honra a las generaciones presentes y del porvenir. Dará cuenta de la dislocación de un gobernante innombrable, quien, a la par de su crimen de lesa humanidad contra quienes mueren de hambre y desnutrición, rompe con el alma y cultura del pueblo que gobierna para darle espacio a prácticas sincréticas de magia negra, trasplantadas desde Cuba y prometedoras de vida y poder eternos, o acaso manipula la simbología para fines clientelares. No obstante llama troglodita a quien de buena fe lo previene sobre sus dislates, el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas.

Tal concentración de alimentos vencidos y de conjuros desde ya contamina la agenda política, con vistas a las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre. Sus efectos desde ahora y más allá mal podrá disimularlos Esteban tras los crímenes judiciales que se repiten bajo sus órdenes, cada día, en una mascarada de Justicia que mal disfraza a su represión política generalizada.

Al hablar del final o término de dicha experiencia revolucionaria aclaro, para los ingenuos, que el innombrable probablemente no abandone el poder a la vuelta de la esquina. Indico penas y por lo pronto, eso sí, que la heterodoxia de su modelo no da para más. Su objetivo es sustentable con el atropello y la persecución institucionalizada, cuyo ritmo acelerado de hoy me trae a la memoria la desesperación que hace presa de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez hacia 1957, en sus estertores.

La afirmación de una dictadura militar personalista con uso desleal de las formas de la democracia y la consecución de un comunismo a la cubana y remozado, que fragua sobre los negociados con el capitalismo petrolero, deja como único saldo lo antes dicho: la podredumbre con su ominoso emblema, PDVAL, y la magia negra o el simbolismo, emblemas de la envidia, de la maldad o del irrespeto por la dignidad de los ciudadanos.

Las miles de toneladas de alimentos que se dañan en los almacenes del Estado bajo responsabilidad directa del melifluo ministro de petróleo, en buen estado pueden paliar la hambruna de millones de desheredados, aquí en Venezuela y en los sitios de más extrema pobreza que sobran en el planeta. En África mueren faltos de comida entre dos y tres millones de niños cada año, tanto como en el Distrito Mara fallecen por igual cuarenta y seis de éstos cada treinta días. Diarrea, neumonía, paludismo, sarampión o dengue, hacen de las suyas por la falta de nutrientes que causa esa red criminal que obtiene dineros en los patios de Esteban. Sus discursos de lucha contra la pobreza son, pues, un monumento a la desfachatez.

La careta de la Revolución cae así al piso con ruido estruendoso y el rostro descubierto es tal que la misma caída no distrae la atención sobre sus rasgos mefistofélicos. De allí que el desespero sobrevenga en Esteban al punto de perder el equilibrio y su estabilidad neuronal.

Lo que nos queda para lo sucesivo e inmediato, por ende, es ver la repetición de la crónica conocida, propia de todas las dictaduras durante sus horas terminales y cuando sus fragilidades las traicionan. Es cuando se hacen más violentas que de ordinario y la perversidad de sus acciones llega al paroxismo.

Cabe en la hora, por consiguiente, que un mentiroso de oficio como Esteban llame mentiroso al Cardenal Urosa. Que acuse de ladrones a Zuloaga o Mezerhane, entretanto dilapida los dineros del petróleo y los entrega al latrocinio de los suyos. Se comprende, entonces, que señale a los demás gobiernos de terroristas, a la vez que ofrece refugio a sus vecinos narcoterroristas y a los iraníes, a quienes les lava los dineros de sus actos criminales dentro de las estructuras de nuestro poder nacional. Irán, no lo olvidemos, habrá de ser motivo de otros escándalos, tan graves, que le restan importancia a la profanación, con fines rituales o electorales, de los restos del Libertador.

Lo cierto, en todo caso, es que desde Venezuela pecamos todos por acción u omisión, y clama al cielo la podredumbre de alimentos en nuestros puertos. Ella se ceba en la humanidad de los hijos de la pobreza, muertos por millones víctimas de la inanición. El mal absoluto, ahora sí y por si fuese poco, encarna en Esteban cuando las tumbas del Panteón pierden su sosiego. Nos queda a los venezolanos orar con fe y dejar nuestro testimonio el 26S, a la espera del renacer y de lavarle el rostro a la Patria adolorida.

Entre líneas

– MIENTRAS RAÚL CASTRO, sin alternativas y dado el éxito de la presión interna de la resistencia democrática sobre su gobierno, se acuerda con la Iglesia Católica acerca de la liberación de 59 presos políticos y su viaje a España, Esteban insulta al Cardenal Arzobispo de Caracas y a todo el Episcopado. Y le siguen en la tropelía sus focas, aplaudiendo hasta rabiar, desde los demás poderes del Estado. Lo único malo, como lo advierte Carlos Alberto Montaner, es que el Canciller español se vale del asunto para mostrarle a Europa una cara distinta de la realidad, arguyendo que la iniciativa es producto de la moderación progresiva del régimen y no muestra de su fragilidad en avance, para así darle más oxígeno a la dictadura de la Isla.

– SIN DESPERDICIO. “La cancillería chilena calificó de «inaceptables» los términos en que la AN prohibió que senadores chilenos sean observadores de las elecciones. «Un país que cuenta con procesos electorales normales, no debiera tener inconveniente en recibir observadores extranjeros», según ésta. No le falta razón.

– 1500 HOMBRES Y 28 CAMPAMENTOS EN ELORZA, TERRITORIO DE VENEZUELA. Eso es lo que tienen las FARC en el santuario que les ofrece Esteban – echándonos una vaina a todos los venezolanos – y que viene de un arreglo de muy vieja data. El mediador, desde 1999, es siempre el mismo: el Capitán Ramón Rodríguez Chacín, quien vive en medio de las sombras. Es señalado como un hombre peligroso por el Gobierno de los Estados Unidos. A Iván Morales y Timochenko (Bertuflo Álvarez) se les ubica en el Zulia, a Grannobles en Achaguas, y Antonio Garcia y Gabino, son transeúntes regulares entre La Victoria y Guadualito, en Apure. Por lo visto, la guerra que arrastra a Colombia desde 1948 cesa ya, la hereda para sí Esteban y éste nos lleva al tremedal. ¡Tendrá que pagarlo!

– DRÁCULA EN EL PANTEÓN. “Ya nada salva a Chávez de la carroña. Es el emperador de la podredumbre, el Zar de la putrefacción, el Papa de lo cadavérico. El Rey de Pudreval. Por eso el festín del Panteón: solazarse teniendo entre sus manos lo que se supone quedó de quien del polvo naciera y en polvo se convirtiese. Como diría Napoléon: desde esos contenedores ciento sesenta mil toneladas de podredumbre nos contemplan”. Lo escribe y dice Pedro Lastra. ¡Fuerte, ¿no?!

– SEGÚN EL ESPECTADOR, siguen drenando los dólares de la revolución – no olvidemos los $ 800.000 del maletín petrolero de Antonini – pero esta vez para financiar protestas en territorio norteamericano, en Miami y Nueva York. Se cita a Olga Marín como una de las beneficiarias.

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