Plan de Repudios
El gobierno revolucionario ha diseñado y dirige un plan de repudios contra quienes considera sus principales enemigos internos: la oligarquía y su poder económico, la religión católica y su extendida red educativa a nivel de barrios y los medios de comunicación privados cuyos mecanismos de información dejan al descubierto las falsedades y exageraciones de la propaganda oficial. Dentro del plan se inscriben Fedecámaras, la Iglesia Católica y Globovisión, el canal de noticias privado.
El plan se corresponde con un proyecto hegemónico destinado a que el estado a través de las diferentes formas de propiedad social tal como se anuncia en la reforma al Código de Comercio, controle la producción y la distribución de bienes y servicios a nivel nacional; saque a la Iglesia del debate de las ideas y del sistema educativo y apague la señal de Globovisión como resultado de una engañosa “presión popular”.
Los actos de repudio contra Fedecámaras fueron llevados a cabo por grupos forajidos y otros radicales debidamente identificados como agentes policiales. Los actos de repudio contra la Iglesia y Globovisión, realizados a plena luz del día, por personas identificadas con el régimen y justificadas por personeros oficialistas dan fe que esas acciones responden a un plan estratégico orquestado desde altas esferas del poder.
A los ataques verbales, primero, desde el programa televisivo Aló Presidente siguen los ataques físicos. ¿Qué se busca con estos actos? El propósito es amedrentar a los críticos de la revolución socialista para neutralizar sus denuncias.
Ahora a los enemigos internos se añade uno externo: el presidente Alvaro Uribe, cuya exitosa lucha contra la narcoguerrilla, de la cual dan cuenta la captura y muerte de dirigentes terroristas de la FARC, obstaculiza el plan hegemónico continental dirigido desde Caracas.