¿Piensa el gobierno que queda alguien que le crea?
Ni siquiera las personas que asisten a los mítines, concentraciones, marchas y contra-marchas portátiles del chavismo, creen lo que el gobierno dice. Mucho menos quienes lo ayudan a movilizarlas, que de antemano, saben –porque participaron en la planificación- que los movilizan para usarlos de mampara.
Los pequeños grupos de choque que utilizan para todo tipo de desmanes -el último de ellos, el saqueo de PDVSA- acuden a esas ignominiosas actividades, no porque crean lo que el gobierno dice y mucho menos porque compartan su trasnochada «revolución», sino para cobrar los mendrugos que les pagan, o para disfrutar de las cosas gratis que reparten, como lo hicieron no pocos de ellos con los gobiernos de AD, Copei, MAS, Convergencia y el Chiripero.
No olvidemos que el MAS antes de postular a Chávez, postuló a Rafael Caldera, ni que el «chiripero» que también gobernó en la «cuarta república» estuvo conformado por los siguientes quince (15) partidos: ordenados de mayor a menor número de votos obtenidos: 01. URD, 02. MEP, 03. MIN, 04. PCV, 05. FUN, 06. ONDA, 07. AA, 08. U, 09. EPAP, 10. AP, 11. FIN, 12. UP, 13. IDEAL, 14. FAI y 15. MID).
Los sectores políticamente formados del chavismo, como los parecidos a Guillermo García Ponce, tampoco creen ni una sola palabra de lo que el gobierno dice -NI SIQUIERA LO QUE ELLOS MISMOS DICEN- porque saben que sólo se trata de una «estrategia política» para encubrir sus verdaderas actividades, que no son otras que construir un duplicado de Cuba en Venezuela.
El otro sector de la sociedad venezolana, ese que marcha por millones por toda la geografía nacional, hace bastante rato que no le cree al gobierno «ni el Credo al revés»; y los dirigentes de los partidos políticos y ONG’s que se oponen al chavismo, así como muchísimos otros sectores de la sociedad venezolana que lo desprecian, hace rato que le aplican al gobierno, lo que los abogados llaman «inversión de la carga de la prueba»; que en cristiano quiere decir, que todo lo que diga el gobierno ES MENTIRA, hasta que los HECHOS -no las palabras- prueben lo contrario.
Y si la más reciente prueba de que la comunidad internacional tampoco le cree nada al gobierno, como lo fue el estrepitoso fracaso del ministro de energía y minas y del presidente de Pdvsa, en su intento de «asegurarle a los Estados Unidos un suministro confiable de petróleo a cambio de una línea de crédito de 8 mil millones de dólares anuales» (ver El Nacional, domingo 9 de marzo de 2003, primera plana); es bueno que internalicen, como al Coronel Julio Gutiérrez, Presidente de Ecuador, le da urticaria cuando repiten la fantasía creada por el socialismo europeo de que «una marea roja recorre a América Latina», señalando como prueba de ello al «eje» conformado por los «gobiernos socialistas de Chávez, en Venezuela, Gutiérrez, en Ecuador, y Lula, en Brasil».
Hasta Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de Brasil, le ha repetido ya ¡tres veces! al chavismo -ante su repetida insistencia en contrario- que no ampliará el «Grupo de Amigos de Venezuela», luego de que fuese conformado, precisamente por quienes Chávez no quería que estuviesen allí (con la excepción de Brasil y Chile) y dejase por fuera a quienes sí quería Chávez que estuviesen allí (Cuba, Francia, Argelia y China).
Nadie le cree al gobierno nada de lo que dice.
Así que el gobierno pierde miserablemente su tiempo, en seguir lanzando insultos y acusaciones a diestra y siniestra, o pintando pajaritos preñados (color de rosa, para más ñapa) sobre sus FUTURAS actividades.
Todo el mundo sabe, que Venezuela padece una DICTADURA STALINISTA. A pesar de que los socialistas venezolanos, viendo gravemente dañado su futuro político, llaman «fascista» al gobierno, intentando engañar a los venezolanos para hacerles creer que «Chávez no es socialista» y así ellos poder seguir construyendo el socialismo después de Chávez.
Y es una DICTADURA STALINISTA, la que padece Venezuela, porque ni siquiera Fidel Castro sigue la ideología que dice (marxismo-leninismo), sino las brutales prácticas totalitarias del dictador comunista soviético Joseph Stalin, quien se convirtió en el heredero de Lenín, a la muerte de éste, pero no siguió sus ideas políticas, sino que impuso a sangre y fuego, las suyas propias. Tan brutal fue Stalin, que los 6 millones de asesinatos perpetrados por Hitler, palidecen ante los más de 20 millones de soviéticos asesinados por Stalin, sólo para consolidarse y mantenerse en el poder, mediante el uso sistemático y permanente del terror.
Jorge Luis García Carneiro, y los otros adláteres militares del chavismo, deberían leerse una biografía de Stalin, para que comprueben, que éste, de cuando en cuando, y sin ninguna razón para ello, sino la de mantenerse el poder mediante el terror, ordenaba declarar traidor, enjuiciar falsamente y fusilar públicamente, a altos jefes militares que le eran totalmente serviles.
El gobierno puede seguir mintiendo cuanto quiera. Todo el mundo sabe, que es lo único que hace. No espere, sin embargo, hallar a alguien que le crea.