Pérfidos y zamuros
Ah, cuándo votaremos en Venezuela sin soldados a la puerta de cada centro electoral, agobiados con incesantes mensajes que nos piden que seamos buenos ciudadanos, dichos además por verdaderos tartufos, funcionarios que no creen en la democracia y sin embargo no cesan de hablar de la hermosa jornada que estamos viviendo, al estilo de las declaraciones de los presidentes adecos y copeyanos. ¡Dan ganas de volverse un mal ciudadano! ¡Hablan de democracia los rectores del CNE nombrados por un gobierno que tiene la bandera de exterminar a los burgueses, sus enemigos.
Otra cosa, ¿no serán ellos los verdaderos burgueses? En otros países apenas prohíben hacer propaganda a unos metros del centro de votación el día de las elecciones. Soportamos una tonta tradición de convertir cada elección en una tarea angustiosa como si estuviéramos en los años sesenta, cuando la guerrilla amenazaba la celebración de las elecciones.
La procesión marcha por dentro. Hay que leer entre líneas, más de un gobernador oficialista le ha puesto una vela a Henry Falcón para que Chávez no lo pulverice, hay chavistas pérfidos que quieren la derrota del PSUV, palabra. No hace mucho Chávez forzaba a sus aliados a inscribirse en el PSUV y disolver sus organizaciones.
Las tendencias se enmascararon, no desaparecieron: la revolución chavista ha sido una sucesión implacable de purgas. En tiempos antediluvianos Chávez compartía el poder con los otros comandantes del 4 de febrero: Jesús Urdaneta salió de la Disip en los días siguientes a la tragedia de Vargas, Arias Cárdenas le disputó la reelección presidencial después de la constituyente, Acosta Chirinos lleva tiempo en la oposición. La lista de ex chavistas culmina con Henry Falcón, al que Chávez considera un mal ejemplo, y necesita demostrar que fuera de la iglesia chavista no hay salvación, cuidado con que Falcón no termine en Lima.
Los chavistas pérfidos no se quitan jamás la camiseta roja y gritan con más fuerza que nadie Patria o muerte, pero esperan como caimán en boca de caño la oportunidad para dar el zarpazo: tranquilos, la tendrán en la futura Asamblea.
La oposición tiene también sus zamuros que quieren acabar con la Mesa de la Unidad, suponen que les conviene una derrota electoral. Son autosuicidas según la expresión inmortal del bachiller Pérez. Están mortalmente equivocados porque si desapareciera la Mesa al día siguiente habría que inventarla. Estamos condenados a la unidad, a avanzar en la unidad, a elegir lo más pronto posible un candidato presidencial por primarias.
A partir del lunes, los zamuros se quejarán de las decisiones equivocadas de la MUD; en el pasado hablaron de traición para denigrar de Manuel Rosales. Esta vez dirán una verdad, algunos de los candidatos no fueron los mejores, siempre ocurre.
Cometerán el error de olvidar que el país quiere una oposición unida. El que acabe con la unidad devolverá a la oposición a la prehistoria para que Chávez gobierne hasta 2040, Chávez forever.
Los pérfidos y los zamuros terminarán en el infierno.
La oposición habrá dado mañana un paso, habrá jugado con cartas marcadas y cada voto representará un avance enorme en el camino de erosionar la impresión de invencibilidad del chavismo. Estaremos recorriendo un camino hacia la transición hacia la democracia, una nueva democracia.
Yo me voy a la playa este fin de semana, pero subo a toda velocidad a Caracas. ¡Voto o muerte!