Pensum de Humanidades
Aunque es redundante decir que humanidades son estudios sobre el ser humano, éstas; que yo sepa, nunca han incluido ni a la biología ni a la astronomía, que se han estado estudiando en diferentes pensa agrupados bajo el título de “ciencias” y junto a la física, la química y las matemáticas; entre otras disciplinas.
Eso tiene que cambiar.
Porque; en primer lugar, los seres humanos estamos hechos de “polvo de estrellas”—de combinaciones de numerosos de los elementos listados en la Tabla Periódica, que comienza con el hidrógeno y termina con el Ununoctio—los cuales sólo pueden originarse en el interior de las estrellas que observamos en el firmamento debido a las enormes temperaturas y a las cantidades de energía que se necesitan para crear materia conforme a la famosa ecuación de Albert Einstein: E = mc2 (Energía es igual al producto de multiplicar la masa por la velocidad de la luz elevada al cuadrado).
También porque; aunque suene frívolo, las constelaciones del zodiaco no son 12 como creen los lectores de horóscopos, sino 13—la astrología se “olvidó” deliberadamente de la décima constelación llamada Ofiuco, que puede verse en el firmamento; desde la Tierra, del 30 de noviembre al 17 de diciembre de cada año—y esto lo sabe la humanidad desde hace siglos—pero como esto no se enseña en las aulas de clase—los que creen “pertenecer” o “haber nacido” bajo la influencia de sagitario hasta escorpión, están errados en su mayoría, al coincidir su fecha de cumpleaños con una constelación del zodiaco distinta a la que ellos creen.
En segundo lugar, porque antiguamente se creía que los seres humanos no eran ni plantas ni animales—los sujetos de la biología—pero hoy sabemos; por ejemplo, que los seres humanos compartimos algunos genes con los pollos y el 96,1 por ciento de todos nuestros genes con los chimpancés y los bonobos—y que todos los monos, simios y seres humanos que hoy habitan la Tierra son descendientes directos de un lémur-monollamado científicamente Darwinius masillae, que vivió hace unos 47 millones de años en las selvas tropicales que rodeaban a lo que hoy se denomina del Foso de Messel, ubicado a 35 kilómetros al sureste de la ciudad de Frankfurt, Alemania.
Por ello, los historiadores, sociólogos, antropólogos, filósofos, teólogos, psiquiatras, psicólogos, y cualquier otro profesional que se dedique a explicar al ser humano, debe conocer su verdadero origen—tanto en cuanto a su fisonomía y costumbres, como a su comportamiento, tanto individual como grupal—y esto no les sería posible si continúan ignorando los descubrimientos y conocimientos que han estado haciendo y difundiendo, los astrónomos y los biólogos.
El ser humano no es ni independiente de; ni el pináculo de, la naturaleza; es sólo uno más de sus complicados engranajes—junto a las plantas, los otros animales y al resto de las formas de vida que se originaron y evolucionaron en la Tierra a lo largo de unos 3 mil 500 millones de años de su historia—la que ya no está limitada a los escritos de los seres humanos, sino que está abundantemente dispersa desde las moléculas del ácido desoxido ribonucléico (ADN) hasta en las galaxias y otros cuerpos celestes del cosmos.
Los humanistas necesitan conocer estas verdades—desde que comiencen a asistir al preescolar.