¿Pedirá perdón Benedicto por esto también?
Benedicto Décimo Sexto acaba de visitar los Estados Unidos de América (del 15 al 20 de abril de 2008). Durante esa visita le pidió perdón a los católicos romanos estadounidenses, por los muchos casos de sacerdotes pederastas que han ocasionado demandas y arreglos judiciales que han llevado casi a la quiebra a varias diócesis que se han visto obligadas a cerrar escuelas e iglesias católicas; por la cantidad de dólares en daños que se han visto obligadas a cancelarle a la víctimas de la pederastia—también se reunió personalmente con unas pocas de las víctimas de los sacerdotes católicos romanos pederastas y regañó a los obispos por su inadecuado manejo del gravísimo problema.
Pero no han transcurrido ni 20 días de la finalización de la visita papal a USA, cuando un nuevo sacerdote católico romano estadounidense (nacionalizado, originario de Nigeria, África), acaba se ser condenado a 4 años de cárcel por abusar sexualmente de mujeres encarceladas mientras él ejercía como capellán de la prisión.
Esta es la noticia difundida el lunes 5 de mayo de 2006 por la agencia internacional de noticias Associated Press (AP):
Sacerdote sentenciado a 4 años por sexo con reclusas
Un sacerdote católico romano fue sentenciado el lunes a cuatro años de prisión por tener sexo con dos reclusas mientras era capellán de una prisión para mujeres.
Vincent Inametti, 48, trabajó en el centro médico federal Carswell en Fort Worth [Texas] durante siete años hasta el otoño pasado. Él se declaró culpable en noviembre de dos acusaciones de abuso sexual de una persona bajo su custodia.
El juez de distrito; Terry Means, dijo que Inametti había violado la confianza puesta en él como empleado de una prisión federal—y como sacerdote.
“Por esto él se enfrentará a una autoridad más alta que ésta”; dijo Means.
Ambas mujeres estaban cumpliendo sentencias federales luego de ser halladas convictas de distribución de drogas y conspiración. Una conoció a Inametti en 2004 después de atender servicios religiosos e involucrarse en el coro de la prisión y en las clases de estudio de la Biblia; dijeron las autoridades. La otra conoció a Inametti unos pocos meses después mientras trabajaba como empleada del departamento de servicios religiosos de la prisión.
Inametti es un ciudadano estadounidense nacionalizado que fue ordenado en su país nativo, Nigeria.
Esta nuevo y oprobioso comportamiento sexual de un sacerdote católico romano—entre los numerosos otros que han sido documentados—constituye una evidencia innegable—de que la fe, la moral y la ética religiosa de la Iglesia Católica Romana—no son suficientes para reprimir los instintos sexuales naturales de los miembros de esa iglesia—y pone en cuestionamiento por enésima vez el obligatorio celibato que la iglesia católica romana impone a sus sacerdotes, monjas y monjes—cuando no existen fundamentos teológicos ni religiosamente sagrados—para que exista, como lo demuestra la existencia de MILES de otras iglesias cristianas (distintas a la católica romana), que permiten a sus sacerdotes casarse y formar sus propias familias. (existen más de 30 mil iglesias cristianas en el mundo; de las cuales la católica romana es sólo una].
El celibato obligatorio de la iglesia católica romana tiene profundas y extensas consecuencias sociales e individuales negativas, como lo son; por ejemplo, el obligar a sus sacerdotes, monjas y monjes, a que repriman sus naturales instintos sexuales, cuando ello es biológicamente imposible para cualquier ser humano—y esto sin duda debe tener profundas consecuencias psicológicas negativas.
También, el celibato obligatorio de la iglesia católica romana, le transmite a toda la sociedad—religiosa y laica por igual—una falsa apreciación: que todo acto sexual es algo “impuro ante los ojos de Dios”, cuando las relaciones sexuales son (1) un instinto biológico completamente normal diseñado por la naturaleza para la perpetuación de la especie; y (2), es la máxima expresión natural y normal, del amor entre los miembros de cualquier pareja.