Para rescatar la república una auténtica unidad
En procura de un país cuya máxima autoridad y representatividad pública sea elegida periódicamente por los ciudadanos, con independencia de los poderes públicos, practicante de la descentralización y en cual seamos fieles al concepto de que no hay otra riqueza distinta a la que es fruto del trabajo.
En el camino de lograr una Venezuela en la cual defendamos el principio de la igualdad de las personas ante la ley, los derechos de propiedad y la libre empresa. En el cual tengamos un gobierno limitado, eficaz, responsable y sensible, sin demagogia, ante las necesidades del pueblo y ausente de castas o ideologías caducas que concentren privilegios basados en la exclusión de un sector de la población por otro y en la cual todos podamos ser propietarios con una política de impuestos equilibrada.
Hacia una república que proteja los valores de la familia, la religión, la moral y la ética, para vivir con bienestar y libertad.
Para ir hacia ella y recuperar la que hemos perdido caracterizándola con la permanente lucha por buscar su perfección democrática, debemos practicar la tolerancia y la amplitud dentro del marco de una autentica unidad de los factores democráticos.
En esa autentica unidad absolutamente incluyente y participativa, sin protagonismos innecesarios ante la importancia de lograr el objetivo que nos atañe a todos los demócratas debemos actuar con una solidaridad autocrítica que nos permita superar los errores del pasado para construir un instrumento de triunfo con la mayor probabilidad de éxito. Unidad en las cual nos necesitamos todos, cada quien en su puesto de lucha pero dentro de la misma trinchera sin herirnos con el fuego amigo.
Nosotros entendemos ese camino para rescatar la república dentro del camino electoral unitario, en el cual tenga singular importancia la sociedad civil organizada, que se presente ante el electorado con un solo rostro, con una tarjeta única que desarrolle en toda su amplitud el concepto unitario de todas las fuerzas políticas y se realice como un frente único, fuerte e invencible ante quienes pretenden perpetuarse en el poder para continuar su labor depredadora.
Debemos acompañar esa tarjeta única con candidaturas legitimadas mediante unas elecciones primarias en las cuales participen todos los factores opositores y disidentes para decidir los abanderados en cada eventualidad comicial.
Los diagnósticos sobre la situación ante la cual vivimos siempre son necesarios; pero lo que necesitamos ahora son propuestas sensatas cuya discusión en busca de los consensos necesarios no se pospongan para los momentos de la crisis sino que las tengamos aprobadas e instrumentadas para ponerlas en acción en el momento que la historia nos señale y las circunstancias lo ameriten.
Entendemos que existen puntos de vista que tienden a proteger intereses legítimos de las diferentes colectividades políticas que aun sobreviven en el país; pero ellos deben supeditarse a la innegable urgencia de rescatar para los venezolanos un destino mejor.
Si insistimos en los errores cometidos en los cuales privaron los intereses particulares sobre los colectivos y los protagonismos mediáticos improductivos de los que se creyeron poseedores de la verdad absoluta, los resultados serán los mismos que obtuvimos en oportunidades pasadas y acumularemos frustraciones irreparables.