Papel tualé bolivariano
No nos extraña que dentro de las novedosas medidas para afrontar la crisis mundial, nunca nuestra, el excelso antigobierno siempre tan innovador, haya promovido inéditas medidas revolucionarias para que los bolivarianos del Siglo XXI se limpien el culo de manera inédita.
¡Nada de Klennex! Ni de imperialista papel Confort o Sutil, vamos con todas los empresas de producción socialista a tener nuestro propio papel higiénico socialista y bolivariano.
Aplaudimos que el trasero de los compatriotas bolivarianos sea uno de los más limpios y cultos de la historia de la humanidad; que nuestro papel tualé ofrezca digna respuesta a las hediondas y putrefactas heces de la IV República con una expresión tan suave y dialécticamente contundente como es este papel producto de nuestras mejores letras.
¡Ya hubiesen querido Carlos Andrés o Rómulo, o el propio Caldera, haberse limpiado el trasero sin pudor con las obras completas de Rómulo Gallegos! Los culos más sensibles de los poetas del proceso ya han hecho sus encargos para higienizarse con los poemas de los escuálidos: hay predilecciones, unos prefieren las obras completas de Andrés Bello, otros más actuales las de Montejo. Los más excelsos – los estreñidos orientales – los de vanguardia – demandan sólo los versos enrollados del grupo Viernes.
El pueblo, siempre sabio, instalado desde tempranas horas, en MERCAL y PDVAL, espera jubiloso la llegada de los rollos del bolivariano papel tualé fabricado con los poemas de Andrés Eloy Blanco.
Tengo en casa sobrantes de algunos libros editados en el pasado periodo cuarto republicano, los pongo enteramente a la disposición del Ministerio Popular Procesador de los Detritus de la Cultura Enemiga, son poemarios escritos por los ilustres poetas Arráiz Lucca, Marta Sosa, José Pulido y por este humilde bardo siempre dispuesto a apoyar las luminosas iniciativas del proceso revolucionario.
Dispongo también de un número limitado de ejemplares empastados y numerados de Linajes, Cortejos, Vecindarios e Invocaciones, pulcramente ilustrados por los artistas plásticos Diego Barboza, Ernesto León, Pacheco Rivas y Von Dangel, para que los justicieros Ministros y abnegados Embajadores puedan usarlo como brasa para sus endógenas parrillas de carne en varas.
¡Gracias Dios Dado por favores recibidos!