Paco “El gitano”, multas y condenas
Paco «El gitano», conocido jefe de un elenco de ‘cantaores’ andaluces en Caracas cuya correspondencia hemos trascrito antes aquí, le envía a Jaén una nueva carta a su mujer:
“ Pilarica, mi arma, mi amor der guadalquiví, virgen morena , que la que te traigo es gorda, como gordo e hinchao tengo pegao los callo de bailale a tanto tragalitro enriquecío a la sombra del podé en este paí resucitao de dinosaurio: ahora,¡ no te lo crea!, se han metío con el humó y con un diario que no se anda con chalanerías pa denunciá claro y raspao lo defarcos ar el tesoro nacioná, que estos guarros, hija, lo tienen más sobao que los caños de la Huerta del Comendaor.
Mujé, al humor lo quieren rastrillá estos fanáticos enloquecíos pa convertirlo en una cartulina roja; imponele a toa la sociedad, que quiere viví y laborá en paz, la amargura de su propósito, que no tiene na que ve con la risa,’ ¡que no! ¡que no!, la idea corre para afollonarla con la intrusiones del Musolini que anda por aquí infetao de su chatarrería cuartelaria, que er propio Franco luciría un Gandhi a su lao. ¡ Vamo! pa que te chupe eso caracole, ¡hija!
Er caso ahora es que Laureano, que un muchacho sobrao en salero y gracia, y al periódico donde escribe er chaval, que también e rebelde y engargaillo contra er Teniente militá y ma duro en su trece pa decí lo que piensa que las verrugas de cemento de la Mari Pepa, le quieren abollá el tronío de su canto y de su espada y con ello a la de to lo humorista que lo hay aquí muy bueno, casi to cabreao con los bélicos olores que hieden por estas tierras, lo único que han sembrao esto demonio, que de cosecha y fruto, ¡na’ maja!, to de fuera.
¿No fue eso mismo Pilarica, guardando la distancia y el filo a la tragedia de la hoz de plata de su muerte, que el más grande andalú de la letra, la gracia, la intuición y el descubrimiento Federico García Lorca le ahogaron su estrofa entre los campos de aceitunas de Granada por motivos y verdugos idénticos que da a la maravilla con estos como que le hubieran copiao de memoria a aquellos la coliflores de sus pezuña ensangrentá?
Laureano y al diario los condenaron dizque , por dañale la imagen a la hija der presi. Pensarás, mi arma,!coño!, que te tomo po er pelo , pero te lo juro por toa las cruces de la virgen cana , los culpan de violá la ley de protección ar niño y al adolecente por una epístola de ficción literaria que se excusó para crearla en la hija del militá, pero que e una carta pública sin destinatario real y sin el menor indicio de pisale lo callo a la niña . Recurso literario que se cansaron de requete hacé centenares de artistas como Juan Valera , er genial mocho der Lepanto y en Venezuela, la de la Parra, Teresina aquella niña tan salá . Yo que lo poco que tengo estudiao a fondo son mis juanetes por retorceme en la bulerías ,eso que lo sé de sobra !mi arma!.
Como también sé, por gitano resabiao que el “Banderas” de aquí, que tiene casi to bien atao en sus manos, menos los espíritus libres que desearía mete en la trena por revoltoso, se quedará con la permanente de sus crespos en el congeladó . Aquí nadie se rinde, que te lo digo yo gitana.
No vemo Pilarica por aquer tablao,¡salá!
Tu Paco «