Oposición e identidad
Inevitablemente diversa y compleja, los sectores democráticos de la oposición deben concertar sus planteamientos y tareas fundamentales. No hay corriente alguna que pueda emprender solitariamente un eficaz combate cívico frente al oficialismo, gracias a su inédito, gigantesco y descarado ventajismo.
Se ha dicho, la verdad resulta de una integración de perspectivas. Cabalmente reconocido, es en el pluralismo político donde adquieren profundidad y capacidad de complementación las distintas concepciones de la vida, del mundo y de las cosas, volcadas hacia los espacios públicos.
Por consiguiente, la temeridad de uniformar a toda la oposición luce inútil y contraproducente. Poco o nada tiene que conceder lo único, forzosa y presuntamente puro, cuando lo unitario se ofrece como revelación de un proceso enriquecido por matices y contraposiciones.
La credibilidad, consistencia y perduración del entendimiento depende en buena medida de los actualizados aportes que hagan los socialcristianos, liberales, socialdemócratas o marxistas, cuando no de los tecnotrónicos o cualesquiera de las manifestaciones de una postmodernidad que siempre sospecha del debate, postergándolo. Renegar de un determinado conjunto de principios y valores, asumido literalmente como una marca en el torrente de la mercadotecnia política, con la consecuente pérdida de perfil e identidad, nos condenará al más disonante oportunismo, convertido en un ejercicio adicional de farándula, según la acertada expresión de nuestro amigo Alexander Suárez.
El entendimiento no puede resumirse en un frágil ensamblaje de grandes o medianos capitales políticos (en propiedad, entendidos como capitales mediáticos), con la apuesta individual de un “know-how” al ritmo de las cambiantes circunstancias que se ofrezcan. A guisa de ilustración, apreciamos los esfuerzos realizados por reconocidos dirigentes como Alfonso Marquina, Gerardo Blyde o Julio Montoya, entre otros, pero a la postre significaría un desastre integrarlos hipotética y automáticamente a la dirección de lo que es hoy COPEI, con la condición de borrar su nombre y desconocer su carácter democristiano, neutralizándolo como opción cultural, para privilegiar su patrimonio material e implantación nacional, impactando la propia existencia de los cuadros medios y de base.
Algo diferente es posibilitar el diálogo de las corrientes afines del socialcristianismo, sabiendo que ninguna entidad lo monopoliza, para arribar a la deseada mancomunidad de esfuerzos con otras expresiones de distinta procedencia ideológica. El necesario y progresivo acoplamiento táctico y estratégico, provendrá del respeto y reconocimiento de las contribuciones que se hagan desde cada universo (doctrinario, ideológico, programático, organizacional, estratégico), para –urgentemente- afrontar el combate y esbozar los consensos probables en la era del post-chavismo.
Otro ejemplo, no tendría sentido alguno que el secretario general del PCV propusiera y oficializara a Friedrich von Hayek como portaestandarte ideológico, en lugar de Carlos Marx: lo menos que podría pensarse es que Oscar Figuera se equivocó de partido. Por lo demás, volviendo a la realidad del partido único que se impone, sólo Hugo Chávez compensaría el sobrepeso que pudieran tener figuras como Ismael García, José Albornoz o Francisco Ameliach, de una mayor proyección, conocimiento y destrezas públicas que el mismo Figuera, lo cual autoriza más a pensar ese “modelo” partidista como una maniobra maquiavélica del dueño de la revolución que como una necesidad de las realidades que (pre) fabrica.
Mutatis mutandi, la transformación radical de COPEI –más allá del anecdótico cambio de nombre- sugiere reivindicar y actualizar audazmente su aporte político-cultural, impulsar sus liderazgos naturales, concertando tareas e iniciativas con otras fuerzas y corrientes que experimenten su propia transformación, en lugar de renegar y quizá maldecir de su carácter socialcristiano. No cabe duda que, al integrarse lisa y llanamente con otros sectores y personalidades, líderes activos como Eduardo Fernández o César Pérez Vivas exclusivamente compensarían el sobrepeso de otras figuras incorporadas en detrimento de la dirigencia copeyana en ascenso.
Muchas veces, la oposición tiende a recrearse en los actos reflejos, pues, ante el partido único que tanto tortura a los seguidores interesados del oficialismo suele justificarse un partido único de la oposición. Obviamente, si éste llegara tan lejos, no sería capaz de sustentar una transición democrática atragantado por la otra y verosímil versión de los procesos de Moscú, fusilados moralmente los disidentes por quienes sobrevivieron en la darwiniana refriega del pragmatismo más sórdido.
POLITICA Y OBSCENIDAD
Recientemente, en un diario de circulación nacional, Milagros Socorro versó sobre una entrevista concedida por Aristóbulo Istúriz, inmediatamente después de abandonar el ministerio de Educación. Al principio pareció un texto ceñido al celebérrimo Manual de Carreño, pero luego reveló toda la lucidez de una reflexión a propósito del empleo de las palabras o expresiones obscenas del dirigente del PPT.
Con sobrada razón, apunta a la inautenticidad de ciertas expresiones que sobresimplifican las respuestas, vaciándolas de sentido. Precisamente, adquieren su carácter obsceno cuando no manifiestan la espontaneidad de un juicio, legitimando la verbalidad y la sapiencia populares, sino ayudan a evadir la realidad, agrediendo al interlocutor desde una trinchera artificial del lenguaje que esconde deficiencias, confusiones y orfandades.
Recordamos, en su viejo título “Proceso a la izquierda”, Teodoro Petkoff se quejaba de las palabras y gestos groseros, una importación de la rebelión industrializada del norte, utilizadas durante la campaña electoral de 1973. Concretamente, lo ejemplificó con el fracaso obtenido por el MAS en Cabure, escenario de las llamativas actividades partidarias, en contraste con el relativo éxito alcanzado en una vecina población de la sierra falconiana, donde no hubo acto proselitista ninguno.
Sospechamos que una de las imposiciones culturales del régimen prevaleciente hoy en Venezuela, reside en el abuso de las palabras y de los gestos obscenos que lo relevan del más mínimo esfuerzo de explicar sus propósitos y acciones. Muy atrás quedaron legítimas expresiones, como aquella de “vamos a echar un vainón” de décadas atrás, a favor del TSJ que puso una “plasta” o de los argumentos (y micrófonos) que deben enrollarse y meterse en el “bolsillo”.
Nos parece que la deficiencia, confusión u orfandad de Istúriz tiene equivalentes en no pocos sectores de la oposición. Hace poco supimos de un acto partidista, en el que supuestamente se argumentaría sobre las propuestas de cambio, donde proliferaron los términos que permitían –precisamente- evadir la explicación, favoreciendo otros términos e interjecciones superfluamente emocionales: sentimos que la razón, el diálogo y la interlocución siguen a la deriva, derribadas por el tan imitado estilo y contenido de los ocupantes del poder.
ENUNCIADOS
Curiosa sensibilidad social del régimen: Carlos Berrizbeitia denuncia que la cesta básica presidencial ronda los 43 millones de bolívares diarios. No hay análisis histórico válido que no registre las cifras hogareñas del líder del proceso, por más sofisticados que sean los científicos sociales. Es malo ser rico, pero parece peor serlo a cuenta del Estado…
Culto a la personalidad presidencial: “El único soy yo” de Oscar Lucien, es otro de los documentos (fílmicos) que obligan a una reflexión más consistente de los tiempos que se viven…
Actualización: interesante el esfuerzo de actualización hecho por Roberto Giusti y Ramón Hernández al publicar la larga entrevista realizada a Carlos Andrés Pérez, o el de Alonso Moleiro respecto a Teodoro Petkoff. No obstante, estimamos que no superan las obras publicadas a finales de los setenta y mediados de los ochenta, por Alfredo Peña, en un caso, y por el propio Hernández, en el otro…
Maza Zavala: por más que Joaquín Marta Sosa trate de reivindicarlo, nos parece triste el papel de D.F. Maza Zavala, en razón de su trayectoria académica y el prestigio político que un día tuvo…
Impunidad política: después de tanta alharaca constitucional desde 1999, el oficialismo regresa a las consabidas fórmulas, reacio a pagar el costo político: por ejemplo, volver a la gobernación de Caracas. Algo parecido a construir y paralizar el armatoste de El Calvario, suerte de centro comercial de emergencia, tapando el Arco de la Federación que dignifica también el paisaje arquitectónico, o hacer un pedestal en la Plaza de los Museos en Bellas Artes para después arrepentirse, demolerlo y ensayar quién sabe qué otra cosa …
Gasolinaje: el oficialismo ha disfrutado por largo tiempo de la gasolina muy barata como eficaz mito político. Así como cambia de parecer en otros campos, sin dar explicación alguna, anuncia el aumento que no fue previamente consultado siquiera con el BCV en cuanto a su impacto en los precios. La cantidad de bolívares es materia egobierno promete hacer con la señal de RCTV lo que no ha podido ni querido con todas sus emisoras radiales y televisivas. Muy excepcionalmente, disfrutamos de la despedida de año cuando retransmitieron la grabación del hermoso espectáculo hecho en el teatro “Teresa Carreño” con Cecilia Todd, Serenata Guayanesa, Un Solo Pueblo, entre otros, mientras Globovisión ofrecía un programa especial con los Aquiles (Machado y Báez). Los conciertos sabatinos o dominicales de la Sinfónica Municipal o Juvenil, ofrecidos por el canal 8, son a muy tempranas horas. Recuerdan aquella escena de Les Luthiers en las que se anunciaba a una filarmónica en horario estelar de las … tres de la madrugada. Por cierto, en la despedida de diciembre de 2006, fue extraordinaria la improvisación del “Pajarillo” de Alexis Cárdenas en el concierto que compartió con Gustavo Dudamel y Dmitri Shostakovich, en la “José Félix Rivas”…
Omisión legislativa: el ex – parlamentario Guillermo Palacios, entre otros, interpondrá un recurso por omisión legislativa en el TSJ el martes 30 de los corrientes. La Asamblea Nacional Constituyente delegó exclusivamente en la Asamblea Nacional la aprobación de algunas leyes, tal como lo registran las disposiciones transitorias del texto constitucional. Por consiguiente, no deben ser objeto del paquete de habilitación presidencial…
Postdata buhonerolandesa: insistimos en el lumpenproletariado como sustento del régimen, aunque sorprende el desalojo pacífico de la llamada Ciudad Saigón. ¿Qué ha pasado?, ¿la reubicación en La Hoyada está lista y ordenada, favorecidos los informales más avispados y consecuentes?, ¿ya maduró como negocio la remodelación de los espacios públicos?, ¿no está tipìficado como delito la conducta negligente que, por años, permitió tal nivel de deterioro?…
Chanza: al camarada Alfonso le gusta más la consigna “Patria o… herida leve”, complementada con aquello de “Vencemos, fábrica de cemento”…
Alternativo: Jesús Bertorelli, en La Tele, y William Echeverría, en Globovisión, expresan claramente las ventajas de un periodismo alternativo, sobrio, conciente y –agreguémos- indagador…
Luto: Nuestras más sentidas condolencias a Humberto Guerrero por la reciente desaparición física de su padre. Igualmente lamentamos el fallecimiento de la historiadora Irene Rodríguez Gallad, del poeta Efraín Subero y del artista de televisión Carlos Olivier…