Odio a los estudiantes
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Fiscala, Presidenta, Defensora, Contralora, Diputada en Jefe, Asambleísta Excelsa, Motorizada Mayor, las he reunido aquí en la Sala Situacional del Imperio para informarles que, a los fines de la Patria, vamos a diferenciar, como en todo lo que veo, toco, concibo, predico, dos tipos de estudiantes: los míos que son los buenos y los otros que no son estudiantes ni un carajo, y son los malos.
Ya han visto UDS por lo que va quedando de televisión informativa, cuál es la naturaleza e índole de cada uno de ellos. Pero no está de más recordarlo para cuando entre en cadena perpetua de mis radios y televisiones.
Los míos, los estudiantes de verdad verdad pues, son obedientes, llevan la franela de rigor, la boina colorá, se les paga para que vayan a las marchas imperiales y no a clases de latín, porque lo que necesitan saber se los digo YO, en cadena, que me las sé todas. Están al corriente de la consigna que me gusta oír: ¡ORDENE! ¡ORDENE! ¡ORDENE! Por los momentos no portan armas visibles, pero saben usarlas porque para eso los entrenamos en la Universidad Meridional del Proceso, tienen su puesto asignado en el Anfiteatro Real y aplauden como raras focas caribeñas cuando les toca, y son de una Fidelidad envidiable. Son mis altos panas, pueden llamarme por mi alto grado imperial, sin que les cierre el círculo o dejen de ser misioneros
Los otros, ya UDS saben, son todo lo contrario, adoran al mismo Diablo, dicen jauaryú como es, quieren y que ser modernos, ¡epa y qué es eso!, les gusta el dialogo y la tolerancia ¿quién ha visto?, saben redactar comunicados y andan con las manos blancas, reclamando futuro. Por eso a mí me gustan los míos, echaos pa´lante, todos tienen su auriga china y su arma rusa de la reserva para defenderme a mí, al Líder, al Infalible, al Todopoderoso, son como mis hijos que hasta la bendición me piden ¡Dios me los bendiga, muchachos!
Los otros, ¡ayayay!, los tengo en la mira, mis centuriones ya se están ocupando de ellos con gas bárbaro del bueno, ¡presos y pa´al cuartel es lo que debería hacerse!.
¡Miren muchachos del carajo no hay peor delito que pensar distinto de como YO pienso! Si dejan de salir a la calle y se quedan en sus casas sin ir a votar, les voy a regalar un ejemplar de mis obras completas que será la única lectura obligatoria en las universidades de mi Reino.
Ah y dejen de estar exigiendo Libertad que esa no es la prioridad de este Imperio.
¡Los amo con frenesí, a los míos…a los otros los odios con ardor!
HERODES, Dictatur