Nuevo Presidente
Los venezolanos hemos marcado una línea roja al candidato a la reelección. Por seis años el pueblo le ha ido quitando apoyo por lo cual la credibilidad y confianza en su persona ha bajado sustancialmente. Las encuestas serias lo colocaban para la segunda semana de septiembre con un techo que oscilaba de 43-49 puntos. No hay que ser muy perspicaz para concluir que en estos días haya descendido aún más.
Por qué? Su campaña se centró en cuestiones de ninguna trascendencia para el pueblo: que sí “la paz planetaria”; “lo que importa es la patria no los huecos ni los apagones” y llorando clamaba “le pido a Dios que me de vida” mientras en el país, sin una guerra declarada, mueren de manos del hampa 50 venezolanos diarios; mientras la infraestructura vial se cae y la falta de energía es pan de cada día; mientras el estatismo socialista provoca desempleo y escasez como ha ocurrido con las cabillas, el cemento, algunos alimentos y medicamentos.
Se confío en su prepotencia y hoy desesperado sale en su carroza intentando despertar a sus partidarios adormecidos y falta de entusiasmo. Pareciera que ya es tarde, el ocaso de los catorce años en sus espaldas pesan demasiado.
El candidato Henrique Capriles por el que hace seis meses nadie apostaba a ganador ha demostrado, con una incansable vocación de trabajo, capacidad para poner su agenda y enfrentar al estado todopoderoso en recursos y maldad para gastarlos. Antes no lo dejaban entrar en enclaves chavistas hoy cuando llega y entra no lo quieren dejar salir, así están las cosas.
La oposición unida y con testigos en todas las mesas electorales, evitarán las trampas rojas con las actas mata votos. Candidatos a gobernadores y alcaldes trabajan por el triunfo. Hay certeza que el 7-O habrá nuevo presidente.