Nueve años perdidos
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, cumplió el dos de febrero 2008 nueve años en el Poder, tratando de imponer lo que él llama Socialismo del Siglo XXI, con un partido mediático y virtual presidido por él mismo, llamado Partido Socialista Unificado de Venezuela – PSUV – el cual no cuenta ni con estatutos, ni con una declaración de principios y menos con un programa de gobierno como ocurre con todos los partidos políticos del mundo.
Este gobierno ha sido sin duda el más largo de la historia de la democracia venezolana, la cual es puesta en duda por sus detractores debido al cariz autócrata del presidente con acciones de él y sus seguidores que rayan en el fascismo: periodistas asilados, persecución a los medios de difusión, al magisterio, exclusión de quienes firmaron en contra del presidente, para acceder a cargos públicos o para obtener préstamos de los bancos estatales, etcétera.
Además, el Ejecutivo tiene el total control sobre los demás Poderes del Estado, léase Legislativo, Judicial, Contralor, Fiscalía, Electoral, y con una plana burocrática completamente militarizada lo que hace sospechar a muchos que el gobernante realmente no cree en la democracia «burguesa» como él le llama.
El dos de diciembre 2007 hubo un referéndum mediante el cual el Presidente asumiría más poder del que tiene (¿) y alargaría su mandato de por vida. Ese referéndum lo perdió con un 68% de los votos en contra aunque aquí se dice que la oposición tuvo que pactar 50% a 51% para que su triunfo sea reconocido, lo cual significó que el Presidente dijera más tarde que la oposición había tenido «un triunfo de mierda»…
En nueve años de mandato, el Presidente venezolano ha sufrido desde un paro nacional general hasta un golpe de Estado fascista de derecha, el cual fue revertido por la OEA, los propios militares que estaban en el complot y por los saqueos que se originaron en la ciudad de Caracas y debido a que las tropas de la mayor guarnición militar del país, la IV División de Maracay, al mando del General Isaías Baduel, no quiso apoyar el golpe y salvó a Chávez de ser juzgado y lo devolvió al Poder.
Después del 2000 hasta el 2004 la caída del PIB fue desastrosa superando el -27% y la caída de la producción petrolera fue de más de un tercio de la capacidad productiva, llevando la producción a menos de tres millones de barriles diarios en el día de hoy.
El desempleo, en estos 9 años, ha sido el Talón de Aquiles del régimen, a pesar de las cifras oficiales que aquí no las cree nadie, por lo burdo de su manejo.
De una fuerza laboral de 14 millones de seres, las encuestas especializadas como las de CENDA y de la Univ. Central, muestran el desempleo de 5 millones de personas, es decir, el 35,7% de la fuerza laboral, mientras que en el subempleo laboran unas 6 millones de personas para contabilizar el 42,85%, lo cual deja en el empleo formal a un mero 21,45% de los venezolanos de los cuales la mayor parte se encuentra en el sector público.
Por otro lado, en nueve años de gobierno no se ha construido siquiera un 10% de viviendas para cubrir el déficit de 2 millones de ellas, lo cual ha ocasionado, por meses, protestas diarias a lo largo y ancho del país pues la gente no tiene donde vivir. Por ejemplo, aún hay miles de personas damnificadas de las riadas del estado Vargas que no han podido obtener una vivienda.
El sector salud no lo hace tan bien. Si descentralizado era malo ahora que se está centralizando es peor. Se creó una red de ambulatorios y consultorios llamados Barrio Adentro con médicos cubanos, los cuales han desertado por docenas y que, además no alcanzan para cubrir las necesidades de la población, teniendo también una carencia casi total de recursos médicos y de medicinas para atender casos como los de diabetes, dengue (80 mil casos en el año 2007), fiebre amarilla, etcétera.
En las farmacias hay una total escasez de remedios, entre ellos los de uso diario para cardiacos, para hipertensos y diabéticos, así como para los enfermos renales crónicos.
La escasez anterior está ligada ampliamente al control salvaje de divisas y de precios, pues el gobierno no ha entendido algo muy simple que entendieron hasta los chinos y esto es que existe una ley de oferta y demanda que regula los precios y el mercado.
En los supermercados, abastos, «mercalitos y mercales» (distribuidores gubernamentales), no hay azúcar, ni arroz, menos caraotas, carne se consigue algunos días a la semana, no hay leche de ningún tipo, no hay sardinas, etcétera, los cuales son productos de la dieta venezolana. En los últimos días de enero se ha sumado la falta de pan de trigo.
El control de precios, como el control de las divisas, han tirado por la borda los planes de mejorar la calidad de vida de los venezolanos si es que había alguno. Por otro lado, el pueblo ya manifiesta de viva voz que «está bueno», es decir no más y quieren que todo cambie pues no puede vivirse con tan mala calidad de vida, mientras el gobierno, dicen las amas de casa, a viva voz, pues ya se les ha quitado el miedo a las «hordas» oficialistas, envía dinero a Cuba, a Nicaragua y a Bolivia sin considerar las necesidades del pueblo venezolano.
En materia educacional el gobierno trató de dividir a los `profesores e imponer un modelo pseudos socialista que ni ellos mismo entienden. Esto significó deserción escolar, por falta de garantía a los muchachos, falta de escuelas bien dotadas y falta de maestros.
En Venezuela existe una gran fuga de cerebros, en especial médicos anestesistas y cirujanos, profesores e ingenieros, así como pilotos comerciales. Ellos dicen no tener oportunidades salariales en el país ni respeto para con sus profesiones por lo que deciden emigrar.
En política exterior las cosas no están mejores pues los discursos del Presidente terminan por crear zozobra con vecinos y alejados. Todos los días hay insultos y ataques en contra del presidente Bush de EE.UU., en contra del presidente Uribe de Colombia, y no pasa el día en que el presidente Chávez no hable de guerra, lo cual tiene realmente preocupado a los venezolanos.
Este año, no hubo celebración por los nueve años de gobierno pero el gobierno, al parecer, sigue sordo y ciego ante la realidad.
