Novedades revolucionarias
La crónica política de los últimos días no presenta nada que pueda catalogarse de novedoso en los diversos campos que cubre esa actividad ya que si algo caracteriza al llamado proceso revolucionario que promueve el comandante Hugo Chávez Frías es el mantenimiento inalterable de los rasgos y la conducta que desde un comienzo han caracterizado al régimen. Así, cuando los voceros del oficialismo se ufanan de que el gobierno actúa en una determinada cuestión bajo criterios democráticos es fácil concluir que se trata de todo lo contrario ya que esa ha sido la constante en la generalidad de los desempeños oficiales de los funcionarios de la V República.
Un ejemplo manifiesto de lo expresado es lo que acontece con el proyecto de Ley de Contenidos que para el jefe del Estado será el mecanismo idóneo para “meter en cintura” a los medios radioeléctricos y audiovisuales mediante controles que se ejercerán desde el Ejecutivo, de modo tal que la libertad para informar y opinar en ese ámbito propio de los sistemas democráticos, pasará a ser una añoranza en vez de una práctica habitual. Sin embargo, en mérito a las contradicciones típicas del oficialismo, desde CONATEL se afirma que el texto sobre el tema dado a la publicidad no es el verdadero y que todavía no se ha adoptado una versión final sobre el particular, el cual, en todo caso, no promoverá el establecimiento de la censura previa y garantizará la libertad de expresión. ¿A quién creerle?
Por otro lado, se está a las puertas de un conflicto con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual ha indicado al gobierno nacional, conforme a las atribuciones que se derivan del instrumento jurídico que la sustenta, que debe adoptar medidas cautelares para proteger a distintos profesionales de la comunicación en Globovisión y en Radio Caracas TV, así como a los diarios El Nacional y El Universal, los cuales han sido objeto de amenazas frecuentes por parte del Ejecutivo e, incluso el primero de ellos, de agresión por parte de una turba vinculada, sin lugar a duda alguna, a la Alcaldía del Municipio Libertador (Caracas).
Cuál será el desenlace de una y otra cuestión es fácil vaticinarlo conforme a los antecedentes al respecto. El gobierno que encabeza el comandante Hugo Chávez Frías así como ha respondido frente al paro cívico del 10D y a la marcha por la democracia y la libertad del 23E, así se comportará frente a cualquier gestión institucional de la sociedad civil y de los diferentes sectores políticos organizados destinada a fortalecer los mecanismos democráticos , es decir, prestará oidos sordos a las iniciativas que se impulsen al respecto. E irá seguramente más allá. No en balde se trata de un régimen autocrático, militarista, personalista y populista que hace todo lo posible por anular cualquiera de los atributos democráticos que aún mantiene la sociedad venezolana gracias, sin embargo, a las denostadas décadas del puntofijismo y de la IV República. Por ello, si algo novedoso se presenta en el campo de la “revolución democrática y pacífica” (sic) es que la oposición a ese inexplicable engendro cada vez más se fortalece, en tanto que el régimen tiende a debilitarse, lo cual permite augurar un futuro distinto y promisorio para nuestro país.