¡No tiene explicación!
Por muchos años en la docencia me tocó explicar las razones y consecuencias de los hechos en la historia política de nuestro país. No quisiera imaginarme hoy respondiendo preguntas sobre el acontecer nacional a algún estudiante acucioso de entender nuestro entorno. Esto se debe a que diariamente somos testigos de hechos que ocasionan estupor y francamente cuesta entender, y cuando no se entiende algo, no se puede explicar.
¿Cómo se explica que el presidente de un país, en una alocución en cadena nacional y frente a funcionarios de otros gobiernos, mastique hoja de coca y revele que se desayuna a diario con un poco de pasta de la misma especie, cuando desde que tenemos uso de razón se nos enseñó que la coca, por ser la materia prima de la cocaína y otros estupefacientes, es nociva?
¿Cómo se explica que el mismo presidente aparezca sonriendo en fotografías con líderes de una organización como las FARC, que mantiene en vilo a miles de civiles y utiliza métodos terroristas para amedrentar a la población y al gobierno que los colombianos eligieron democráticamente? ¿Y que además pida que sean reconocidos como una fuerza beligerante, lo que les otorga derechos internacionales de guerra, como lo son el respeto de los derechos humanos que ellos mismos violan con asesinatos y secuestros?
Pero habría más que referir, algo más doméstico y sencillo como lo es la escasez de alimentos básicos para la ingesta diaria de la población. ¿Cómo explicar que un país rico en petróleo no utilice sus recursos para invertir o, en su defecto, importar leche, azúcar, arroz, café, harina de trigo, pollo, huevos y otros productos de la dieta diaria, pero en cambio financie la construcción de refinerías en otros países productores de petróleo, compre bonos de un país en quiebra y otorgue dinero a un país centroamericano para importar los mismos alimentos de los que su propio país carece?
¿Y cómo explicar el ataque a las clínicas privadas y la amenaza de intervenirlas, eludiendo el tema de la emigración de cientos de galenos venezolanos con más de un postgrado, que se marchan al extranjero y encuentran la oportunidad de servir a otros por tener las puertas cerradas en su propio país, y sin embargo se traiga personal para el servicio sanitario de una isla del Caribe que se quedó en la puerta trasera de la historia?
¿Cómo entender que se construya un puente de enormes dimensiones en la vía principal hacia el litoral central venezolano en seis meses, y sin embargo las principales arterias viales del país se estén cayendo por falta de mantenimiento? ¿Y cómo se explica, además, que el dinero de los peajes que podría utilizarse para el sostenimiento de esas vías sean eliminados, lanzando un enorme número de venezolanos a la calle, sin dar una alternativa de trabajo para alimentar a sus familias?
¿Cómo explicar, asimismo, la multimillonaria compra de helicópteros, fusiles y armas rusas para defender la ‘soberanía nacional’ cuando, según conocedores del tema, en nuestro país se conoce del asentamiento de guerrilleros que viven del secuestro y la extorsión de nuestros nacionales en los estados fronterizos? Y lo más patético, ¿Cómo se explica su diligencia y mediación para la liberación de dos damas colombianas cuando existe evidencia de que hay un centenar de venezolanos retenidos, quién sabe si también torturados y encadenados por estos antisociales?
¿Cómo explicar que el presidente en su programa semanal advierta del enorme grado de inseguridad en que vivimos y que apenas una semana después, su ministro encargado del orden interno asevere que Caracas es una de las ciudades más seguras del país? ¿Y cómo entender que el mismo funcionario acuse de golpistas, terroristas y amarillistas a los medios de comunicación social cuando lo que han hecho es simplemente reproducir lo que el venezolano vive a diario?
No, definitivamente no quisiera imaginarme tratando de explicar lo que ocurre en Venezuela porque sencillamente ¡No tiene explicación!