No se vuelvan locos
Esta “democracia” no brinda tantas libertades como para pensar que las cosas serán fáciles. Vemos como aparecen candidatos y candidatos para todos los cargos de elección; esa oposición constreñida ahora pierde su norte de resistencia para embelesarse con las alcaldías y gobernaciones. Pensando que vivimos en plena paz y con un registro electoral confiable. Los candidatos brotan por todas partes y prematuramente se entusiasman nuestros noveles actores que, hasta hace poco eran miembros de un centro estudiantil en las universidades. No se “vuelvan locos” que las cosas llegan a su debido tiempo, y esos apasionamientos pudieran dejar lágrimas si abandonamos las tareas fundamentales por hueras candidaturas. El consenso deberá ser lo primero en las lides electorales, de lo contrario ese panorama que hoy asoman como auspicioso para la disidencia se estropearía por la irresponsabilidad de los aspirantes.
Miramos postulantes a raudales, reflejados en las encuestadoras imparciales o no, y nos preocupa la posibilidad de un retroceso en lo ya recorrido por la disidencia, advirtiendo que prevalece la ambición personalista por encima de la sindéresis que reclama el momento. Hay candidatos naturales que la base los “impondrá” y hay viejas ambiciones que la sociedad civil rechazará. Empero hay también posiciones adelantadas de gente con méritos pero sin experiencia ni olfato político, dejándose guiar por las emociones en vez de esperar su decantación y turno. Surgen temas simbólicos, como el de Leopoldo López en caso de superar la “inhabilitación”, sería garantía para salir triunfador en el Distrito Capital, quien ha dirigido un municipio que siempre fue bien administrado, desde que Irene Sáez se concreto a ello. Vadeando ese principio de “Peter” que pudiera ser implacable cuando se trata de otra zona y de gente distinta, empero, todo dependerá del equipo que le acompañe. Si su inhabilitación es definitiva se buscaría el candidato inmediato de consenso, incorporando a quienes hayan tenido buen record y arraigo en la ciudad de Caracas, amalgamándose quizá con un joven como Stalin González para la Alcaldía del Municipio Libertador. En el caso de la Guaria, hace unos años conocimos un componente triunfador en los períodos más efervescentes del oficialismo, ellos me mostraron sus trabajos comunitarios y logros, sus alcances entre la población de todas las militancias políticas, nos referimos a Venezuela de Primero. Observamos muy de cerca sus servicios a la comunidad varguenses. Por eso, hemos percibido con simpatías el regreso de Roberto Smith y sus aspiraciones a la gobernación de ese estado.
En el interior hay candidaturas indefectibles aunque se lancen muchos postulantes, la gente se conoce y sabe que están jugándose la democracia y libertad de un pueblo.
La sociedad civil ha madurado más que los políticos, llevando la carga de las derrotas y no creemos vaya a derrochar lo ganado el 2D. Seguirán los eternos oráculos, amenizando y tratando de descomponer el sentir de esta “oposición” pero como en diciembre pasado se impondrá la gente de a pie cuando decidió votar creyendo era lo más conveniente.
El Movimiento estudiantil deberá permanecer en sus tareas de vanguardia de las luchas libertarias, orientando y formando los cuadros encargados de preservar los escrutinios y atentos en las mesas de votación. Siempre los aludimos como el factor determinante para el rescate de la democracia. Son ellos, los más próximos a defender los intereses de la sociedad civil. Formándose en estas faenas serán el retablo de la Venezuela futurista. Los estudiantes no son una porción aledaña, son los propulsores del movimiento popular. Los problemas del país necesitan soluciones y no podemos cederlos a exigencias extranjeras ni a la irresponsabilidad de un oficialismo dilapidador. Será en la actualidad y en plenas elecciones cuando se acrecentarán los inconvenientes y habrá que jerarquizar, atendiéndoles en su debido orden sin que nadie se vuelva loco persiguiendo una Alcaldía o una Gobernación.