¿No existe el conteo manual?
Causa asombro oír decir a Luisa Estella Morales, presidente de la Sala Constitucional y del Tribunal Supremo de Justicia que “el conteo de votos manual no existe en la Constitución de 1999”, añadiendo que la auditoría que exige el candidato de la Mesa de la Unidad, Henrique Capriles Radonski “es un engaño a la población”.
Luisa Estella Morales es presidente de la del TSJ, que bajo ella se ha convertido en una especie de “Sala del Führer” de la Corte Suprema del Tercer Reich, tal como la describe Ingo Müller en Los Juristas del Horror: una sala en la que se dictaban las sentencias mas aberrantes que uno pudiera imaginar cuando lo hubiera ordenado Hitler
La magistrada que sólo ha tenido experiencia en materia de derecho agrario —en la que por cierto no le fue muy bien— por operación de una especie de acto de Deus ex Machina de la Asamblea chavista, llegó a la Sala Constitucional, no por tener sólidos conocimientos del derecho constitucional, sino por el convencimiento de quienes la nombraron de que allí iba a hacer todo lo que le pidiera el Ejecutivo. Uno de sus horrores de interpretación constitucional ha sido afirmar que en un Estado progresista no debía haber separación de los Poderes.
Dictamina ahora que “el conteo de votos manual no existe en la Constitución de 1999”, como si en la Constitución se dijera que no hay voto manual y que, por consiguiente, no puede haber reconteo de votos. Ignora la agrarista que se pretende profesora de derecho constitucional, que bajo la legislación electoral puede haber voto manual, y de hecho lo hay, en sitios donde no han llegado las máquinas o cuando éstas se han dañado. Ignora que en elecciones ocurridas en Venezuela, en el siglo XX y en el XXI ha habido recuento manual de votos al comprobarse y alegarse irregularidades; basta con citar los casos de Aristóbulo Istúriz, de Arias Cárdenas, de Liborio Guaruyo, del estado Yaracuy. Ignora que la propia reglamentación electoral del CNE dispone que haya una auditoría del 54% de las mesas.
Con sus afirmaciones carentes de talento y probidad sobre el voto manual y el recuento, la magistrada ya no podrá participar en ninguna acción que llegue a la Sala Constitucional sobre este problema. Como, de ser el caso, es probable que no se inhiba, sin duda sería recusada. Pero ¿qué es una raya más para un tigre?
