No al desánimo, sí al revocatorio
“El mayor error es sucumbir
al abatimiento; todos los demás errores
pueden repararse, menos éste”
Confucio
No hay nada más destructivo que una actitud negativa ante las circunstancias adversas de la vida. A mayor calamidad se requiere mayor fortaleza y siempre debemos tener presente aquella recomendación que hacía (%=Link(«http://www.epdlp.com/laclos.html «,»Choderlos de Laclos «)%) en su famoso texto las relaciones peligrosas al afirmar que no existe fortaleza inexpugnable sino mal atacada.
El desánimo que transmiten algunos exponentes de la oposición, al argumentar que no vale la pena insistir en elecciones, ya que el régimen de ninguna manera va a transitar por esa vía y si lo hiciese sería para defraudar con una manipulación de los resultados a la mayoría, es autodestructivo. Además, está basado en una falacia, pues de ser así, ¿Cómo lograron los chilenos salir de Pinochet y cómo nosotros los venezolanos le hicimos perder dos veces a Pérez Jiménez sus plebiscitos?
Los pueblos deben merecer su victoria. Nadie nos la va a mandar como maná caído del cielo. No serán los militares venezolanos los que nos darán la libertad y mucho menos una intervención extranjera. La libertad se conquista con tenacidad, confianza y seguridad, si no recuerden lo que hizo Inglaterra en la II guerra mundial cuando logró llegar hasta la victoria final gracias a la fortaleza de su pueblo y al liderazgo oportuno de (%=Link(«http://www.winstonchurchill.org/speeches/sweat.htm «,»Churchill «)%), quien con su famosa frase “ sólo les prometo sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo” logró movilizar a la población, motivando a los ingleses a soportar los constantes bombardeos y la inferioridad numérica contra un enemigo hasta entonces, aparentemente invencible.
Los venezolanos no estamos acostumbrados a luchar, ya que hemos sido un país favorecido por circunstancias benignas, a pesar de los graves conflictos del siglo XIX; y de la pasividad, que ha sido tal vez uno de nuestros peores defectos. Por eso soportamos tantos años de dictaduras en el siglo XX, por eso nos adaptamos a la corrupción asumiéndola como un mal endémico de la democracia, y por eso, ahora, corremos el peligro de caer de nuevo en un estado de inercia ante la aparente inexorabilidad de la imposición de una nueva fórmula de autoritarismo.
Creo que el despertar de la sociedad civil no se merece un liderazgo mediocre y pusilánime que la lleve de nuevo a un estado de hibernación, esperando que otros le resuelvan lo que sólo ella misma puede lograr. No hay tiempo para la espera, las cosas jamás mejoran por sí solas, se requiere gente con disposición coherente, constante y mucho corazón, para motorizar y lograr los cambios en circunstancias adversas.
Hoy tenemos que proclamar a cielo abierto, con fuerza, con pasión, que nuestro objetivo es el SÍ en el referéndum revocatorio. Las movilizaciones deben ser para exigir, blandiendo en las marchas “el librito”, que se cumpla lo que la (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/anc/constitucion1999.asp «,»Constitución «)%) permite. No hay manera de detener esta marcha salvo con la violación de la Carta Magna, la instalación de un régimen fuera de la ley que ocasionaría la pérdida de legitimidad tanto nacional como internacional.
Somos millones los venezolanos que podemos blandir, cual invencible espada de luz, los derechos que nos garantiza la Constitución. Nadie es lo suficientemente poderoso como para detener nuestro movimiento hacia unas elecciones que le revocarán el mandato a todos aquellos que han defraudo el espíritu democrático de esta gran nación.
Avancemos nuestro propio camino y olvidémonos de lo que ellos dicen y hacen. Organicémonos para la lucha, seleccionemos a nuestros líderes, adiestremos a los ciudadanos que serán testigos en las mesas o trabajarán en otros sitios que la lucha democrática requiera. Pero no permitamos que el desánimo cunda en nuestras filas, mucho menos cuando la victoria no luce lejana. Y por eso creo que todos debemos aplicar aquella recomendación de (%=Link(«http://personales.com/espana/sevilla/moral/jenofonte.htm»,»Jenofonte «)%) cuando sostenía que “Cada cual debe esforzarse tanto de modo que crea que es el principal causante de la victoria”.