No a la reforma constitucional
Ya los traductores autorizados de la legislación cubana han culminado su trabajo y este ha sido entregado para la aprobación del Deus ex machina. Lo que se había guardado como el más preciado secreto ha salido a la luz publica. No sabemos si lo que conocemos es solo la parte que a los estrategas del régimen les convenía que supiéramos. Ante tal trasluz solo podemos ver las sombras de lo que se nos avecina. Es una revisión total, articulo por artículo de la constitución aprobada por solo tres de cada diez venezolanos empapados por las tormentosas y trágicas lluvias de esos días.
De acuerdo a la Constitución de 1999 lo que decida el omnímodo decidor será entregado a la Asamblea Nacional , cuya denominación y composición es idéntica a la cubana, la cual en tres rápidas discusiones aprobara lo recibido con las dos terceras partes de sus integrantes para ser sometida a un referendo a los treinta días de manera total o parcial según formulen la solicitud el presentante, la propia Asamblea o el cinco por ciento de electores inscritos en el famoso y nunca bien ponderado registro electoral. La reforma será aprobada si el numero de votos afirmativos es mayor que los negativos. El presidente estará obligado a promulgarla como ley dentro de los diez días posteriores a su aprobación y si no lo hace la promulgara la Directiva de la Asamblea Nacional.
En esa reforma se propone la reelección indefinida tan solo para el Presidente de la republica, la ventaja para el gobierno de poder establecer monopolios constitucionalmente pero se lo prohíbe a la inversión privada, el Estado controlara todos los cinco tipos de propiedad incluyendo la privada la cual podrá ser sujeta a confiscación por decisión del Estado modificando así el principio republicano de respeto a la propiedad privada ganada con el esfuerzo de su legitimo propietario. Según la reforma el Ejecutivo Nacional seria al gran propietario sometiéndonos al más vergonzante capitalismo de Estado. A los extranjeros se le limitan sus derechos electorales.
Por otra parte se elimina el derecho a mantener en secreto la fuente periodística y establece el deber de los medios, como requisito indispensable, el contribuir a la formación ciudadana que el Estado decida.
Se plantea el control sobre la autonomía universitaria en lo físico, administrativo y académico pues todo se deberá amoldar a los planes del gobierno.
La reforma nos traerá un Estado Unitario en el cual los alcaldes y gobernadores podrán ser destituidos por la comuna y todo será regionalizado en ocho provincias continentes de un grupo de estados que perderán su perfil y su gentilicio. Todos tendrán sobre ellos a los vicepresidentes provinciales que concentraran todo el poder bajo el dedo participativo del Deus ex machina.
Así, entonces la Constitución cubana podrá cantarle a la venezolana la canción aquella que afirma: «te pareces tanto a mi que no puedes engañarme»
Solo un no rotundo podemos decirle a esa pretendida reforma constitucional quienes pensamos que igual de repudiables son las dictaduras de izquierda que las de derecha y que todos los seres humanos, sin excepción, tenemos el mismo derecho a vivir en bienestar y en libertad.