Ni vueltas en su tumba
“Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos (divisiones), y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro«
Simón Bolívar
“Levantate Simón, que no es tiempo de morir”. De inmediato recordé que Bolivar Vive. ¡Bolivar vive Carajo! Somos su llamarada!!
@chavezcandanga
La historiadora Inés Quintero, quizá la mayor experta contemporánea sobre los próceres independentistas venezolanos ha explicado cronológicamente cómo Simón Bolívar ha sido usado y abusado por casi todos los gobiernos de Venezuela desde la repatriación de sus restos a Caracas en 1842.
En su breve ensayo “Bolívar de izquierda, Bolívar de derecha”, el cual recomendamos leer en su totalidad (http://www.simon-bolivar.org/Principal/bolivar/bolizbolder.html), Inés Quintero nos alerta que ““si desde la derecha se pretendió convertirlo en fundamento del autoritarismo, el ejercicio realizado por la izquierda nos lo ofrece como el más genuino revolucionario del continente americano. En ambos casos, tanto la derecha como la izquierda, afirma, desvirtúan “su originalidad y audacia con el fin de elaborar un modelo rígido y tergiversado de sus ideas, ajeno por completo a la complejidad e ineludible historicidad de su acción política”.
El 16 de julio, Hugo Chávez ordenó exhumar los restos de Bolívar, supuestamente, para verificar por medio de ADN, en relación al cadáver de su hermana María Antonia, si el esqueleto de su tumba es la del verdadero Libertador, y para investigar si “fue asesinado por la oligarquía colombiana vinculada a Santander”. Horas después de esta inaudita profanación, el caudillo expresó en su cuenta Twitter: «¡Cristo mío, Cristo Nuestro, mientras oraba en silencio viendo aquellos huesos, pensé en ti! Y cómo hubiese querido. Cuánto quise que llegaras y ordenaras como a Lázaro: ‘levántate, Simón, que no es tiempo de morir’. ¡De inmediato recordé que Bolívar Vive!». Y así, creando divisiones, Chávez deshonró el último deseo de El Libertador “Bajar tranquilo al sepulcro”:
Mientras los venezolanos padecen la mayor inflación de América Latina – 31% en junio – y descubren más de 130 mil toneladas de alimentos podridos por mala gestión y corrupción de la empresa estatal petrolera, totalmente politizada por su régimen; Chávez, en lugar de combatir el crimen (16 mil homicidios en 2009, ¡más de 150 mil en la última década!), los pésimos servicios públicos del país (ahora incluyendo fallas diarias en El Metro); y la presencia de la guerrilla colombiana en Venezuela; se dedica a perpetuarse en el poder a fuerza de decretos inconstitucionales, y ahora, presentándose como heredero de Bolívar (¡pues él vive!).
Si la profanación de Bolívar – a cuya osamenta no se le permite, siquiera, dar vueltas en su tumba – no se trata de un delirio de quien hace lo que le viene en gana, entonces las opciones son una peor que la otra: ¿Nigromancia (magia negra invocando a espíritus o a través de los restos de los muertos); pulsión de muerte (explicación de Freud sobre conductas que anhelan la destrucción y el martirio, hoy claramente ostensible en regímenes como el de Irán y grupos como Al Qaeda, entre otros); o, la justificación de hostilidad entre Venezuela y Colombia en base a la tergiversación de la historia de la Gran Colombia?
Delirio o estrategia distracción serían el mal menor para comprender esta profanación a pocos días del acto necrófilo de colocar un cofre con tierra de la localidad de Paita, como “restos simbólicos” de Manuela Sáenz que reposarían junto a Bolívar, pero no resistió el caudillo dejar a Simón y a Manuelita unidos por un polvo eterno, y lo desenterró, para él, con frenesí.
Y mientras, en Venezuela solo reposan en paz la legalidad y la impunidad.