Negros nubarrones
La grotesca andanada verbal del presidente contra todo aquel que no lo aplauda hace pensar, o que sus asesores le están aconsejando mal o que está ofuscado con el deseo de trascender históricamente como revolucionario aunque el país se hunda.
La lógica sugeriría una actitud más moderada dado que la situación del país reflejo de la inseguridad, los cortes eléctricos, el desempleo y la inflación que afecta a los más necesitados, requiere concertación y diálogo como lo vienen pidiendo empresarios y sindicalistas.
A estos problemas ya sentidos por las grandes mayorías deben añadirse las limitaciones impuestas al sistema financiero que afecta el ahorro de cientos de miles de venezolanos y los nuevos atropellos de la fiscalía y tribunales contra ciudadanos como es el caso de la jueza Afiuni, del empresario Zuloaga, del periodista Francisco Pérez o del político Alvarez Paz.
Los últimos sondeos de opinión colocan al presidente Chávez y su gobierno en una encrucijada pues el 68% de la población lo considera responsable de esta situación y su gestión es rechazada mayoritariamente. Para un 52 % de la población las expropiaciones no favorecerán a los obreros y un 45 % cree firmemente que vamos hacia un barranco de ahí que la gente se muestre a favor de cambios.
Ya comienza a verse con desconfianza la presencia cubana en Venezuela y los regalos a gobernantes amigos de Chávez en la región mientras se abandona la construcción de infraestructura en el país.
La lógica económica sugiere que para combatir el costo de la vida e impulsar un crecimiento económico sustentable, el gobierno debe enseriar el gasto público, devolverle poder al banco central, fomentar el ahorro; incentivar al sector privado para que invierta en bienes de capital y dirigir las inversiones de Pdvsa hacia el sector petrolero. Para que el potencial del país se materialice el gobierno debe actuar con sensatez y abandonar la confrontación.