Navarrete y su guión
En un país donde la salud del Presidente es «secreto de Estado» cubano, resulta extraño que de golpe y porrazo aparezca un doctor que además se define no como el médico de cabecera de los Chávez sino como el «cirujano de la familia», categoría que realmente pocos hemos oído, y asegura en un reportaje extenso de la Revista M del grupo editorial mexicano Milenio que la expectativa de vida de Chávez es de dos años.
Extrañamente indiscreto, este médico que se ufana de ser hombre de militancia política y de haber sido miembro de la Dirección Nacional Ampliada del Movimiento Quinta República, fundado por Chávez, como parte de la Dirección de Formación Ideológica y además de haber estudiado en esa Cuba castrista donde la medicina es materia propagandística y engañosa, habla de tumores que aparecen en ese cuerpo del hombre que según él posee una bipolaridad que requiere de un tratamiento médico que compense «sus manifestaciones de estados mentales inestables que pasan de la euforia a la tristeza, estados en los que la personalidad se disocia y llega a tener episodios de pérdida de contacto con la realidad»; ese caudillo tocado hoy por lo que se dice es un cáncer de alta malignidad. Habla también de lo aseado que es, de lo alto que es (esto como si no fuese evidente que en buen criollo Chávez es un saporreto jamás con 1,80 m de estatura). Confieso que al leer la descripción de la pulcritud que obsesiona al caudillo de inmediato lo pensé como la poceta del comercial: limpiecito como un sol…
Pero nada de esto es grave, todo es parte -a mi juicio- de un plan de factura cubana y donde Navarrete es un peón… Los escépticos no descartamos el show de súper Chávez venciendo el cáncer… Lo realmente grave, es la perla que suelta este médico rojo cuando asegura: «El Presidente puede morir y los militares tendrán que tomar el poder por un tiempo». Como Chávez, el «cirujano de la familia» se limpió con la Constitución y borra las pocas instituciones que pensamos quedaban, por tanto ¡Jaua, no te vistas que no vas!
